Dicha crianza se realiza mediante el sistema de criaderas y soleras.
[7] Respecto a la etimología de esta denominación existen cuatro teorías, constituyendo su origen un verdadero enigma.
Además de los aludidos sainetes, son muchas las obras literarias que citan la manzanilla; por lo general asociándola con la fiesta y el jolgorio.
Prosper Mérimée menciona por primera vez en un texto francés el hispanismo «manzanilla» en su novela Carmen (1845).
[9] Antonio García Gutiérrez lo cita en Los hijos del tío Tronera (1849), sainete que parodia su celebérrimo drama El trovador.
[10] Los hermanos Manuel y Antonio Machado, también elogian la manzanilla en varios de sus poemas.