Manuel Avellaneda Gómez

Comenzó los estudios de dibujo en su ciudad natal, que pronto continuó en Murcia.

Allí conoció a Benjamín Palencia que le descubriría la poética de la segunda Escuela de Vallecas, haciendo amistad también con el hiperrealista Antonio López.

En su obra, especialmente en el tratamiento de los paisajes, en los que el color desempeñaba el papel central, se encuentran influencias de la segunda escuela vallecana.

Poco después moría a consecuencia de un infarto.

Posteriormente se le han dedicado varias exposiciones retrospectivas, así como calles en Murcia y Cieza.