Louis Couturat

Su padre, procedente de Borgoña y su madre, del Franco Condado, vivían en París desde hacía tiempo.

En esta época, su futura carrera ya parecía revelarse: en esta inteligencia adolescente, tan luminosa por su exactitud e precisión, el amor preferente por la filosofía se uniría a su aptitud para la ciencia.

El difícil concurso por la Escuela Normal, la cual afrontó en 1887, le dio la segunda plaza, después de la primera prueba.

Iba allí con gran placer, porque amaba el sur, su pasado penetrado de alma griega.

Durante los estudios precedentes se le había pedido que investigara a Leibniz.

Gracias a él, la obra de Russel se convirtió rápidamente en familiar entre los "matemáticos" filosóficos.

Pero, Benaerts continua, en su gran espíritu, naturalmente deductivo en el más alto grado, todo se encadena, y el continuo estudio de Leibniz le llevó a otro camino, a nuevos trabajos que desde ese momento absorberían todas sus actividades.

Con la movilización general en Francia en agosto de 1914, se preocupó por sus primos que vivían en París.

Además, otras personalidades como Poincaré, Schröder, Dedekind y Cantor acaban apoyando la tesis de una fundación lógica del número[6]​.

En conclusión, se puede decir que, en su filosofía de las matemáticas, Couturat las acaba reduciendo al álgebra y a la lógica[12]​.

Entre 1900 y 1901, Couturat se dedica a estudiar el Nachlass de Leibniz en Hanover.

[19]​ Es debido a las críticas que Couturat publica en 1903 su segundo libro sobre el tema, Leibniz, Opuscules et fragments inédits, para así hacer conocer las fuentes sobre las que se basó para escribir su primer libro[20]​.

Entre las grandes esperanzas que había concebido Leibniz, estaba la de encontrar una lengua universal lógicamente construida.

Además, le hace adherirse de forma inmediata a las ideas expuestas por el matemático Léopold Leau, que había sido compañero de Couturat en el Liceo Condorcet y en l'École[22]​ en su panfleto: Une langue universelle est-elle possible?

Couturat y Leau, en un informe de 210 páginas al comité, expusieron las proposiciones, memorandos, críticas de todo tipo y deseos, que habían recibido durante siete años, para enviarlos al comité.

En su sesión del 22 de octubre, el Comité añadía a los secretarios Couturat e Leau.

Zamenhof, el creador del esperanto, envió a Louis de Beaufront para representarle.

Más allá de eso, en el Compte Rendu des travaux du Comité publicado en 1907, Couturat y Leau mencionaron las lenguas o proposiciones que el Comité discutía y resumían su propia opinión sobre ello.

Las sesiones tenían lugar por la mañana y por la tarde: la labor llevada a cabo era intensa.

Y la decisión final fue la siguiente: Excepto los secretarios, ningún miembro del comité sabía lo que era el ido.

Además, como ya escribió Otto Jespersen en su "historia de nuestra lengua", el resultado final no podía ser otro, incluso si el mismo Zamenhof hubiera ido personalmente en presencia del comité, y también: nada en nuestras conversaciones puede temer la publicidad; fueron discusiones serias y objetivas, por hombres que no tenían ningún objetivo aparte de obtener la verdad.

Pero el acuerdo esperado por ambos no ocurrió: influido de forma deplorable, Zamenhof con su carta Al ĉiuj Esperantistoj, rompió las negociaciones.

La cuestión, cuál será la forma de tal lengua, no es para mí esencial, si solamente la lengua es neutral, útil y capaz de vida... Aceptaré con grandísimo placer todo lo que el Comité decida, incluso si debiera enfrentarme a todos los esperantistas".

Nadie habría disputado, dijo Jespersen, nuestro derecho a adoptar Neutral con la reserva de hacer muchos cambios que aproximaran esta lengua al esperanto;... y el resultado final habría sido exactamente el mismo que la lengua existente en este tiempo."

Tradujo al ido una obra lingüística que, según la opinión del eminente filósofo, André Lalande, "casi marca época": Étude sur la Dérivation dans la Langue internationale.

El estudio había parecido por primera vez en un folleto (muchos meses antes del congreso esperantista en Cambridge) pero no fue puesto a la venta.

Como C. Aymonier estimaba la obra, en una carta del 27 de septiembre de 1907: Inmediatamente en 1908 había sido fundada por la Comisión Permanente la revista mensual Progreso, totalmente escrita en ido y Couturat era su secretario y llevaba casi todo el trabajo.

El poeta Andreas Juste le dedicó una oda, que tituló "A Couturat.

Fue tras su estudio de Leibniz en Hanover entre 1900 y 1901 que Louis Couturat se interesó por la idea de una lengua auxiliar internacional.