Antes y durante la Alta Edad Media, la poesía fue difundida verbalmente la mayor parte del tiempo.
Los temas de las baladas fueron también más terrenales pasando del amor y la guerra a la crítica política.
Alrededor del río Danubio, muchos de estos bardos viajeros traían noticias y nuevas canciones.
El maestro cantor más famoso fue Hans Sachs (1494–1576), quien dedicó su arte exclusivamente a la causa luterana después de 1530.
El emperador Maximiliano I de Habsburgo era un gran seguidor de este movimiento, por lo cual logró reunir en torno a su corte en Viena a humanistas tales como Conrad Celtes, el fundador del Collegium Poetarum, o al poeta laureado Vadian (Joachim von Watt) quien escribía en latín.
Como reacción a los movimientos protestantes del Renacimiento, muchas escuelas católicas surgieron en los territorios de Austria.
Un jesuita, Georg Scherer, es otro ejemplo de un monje cuyos sermones fueron publicados y tenían una amplia audiencia.
La literatura austríaco también tuvo una gran influencia de la Francmasonería y estuvo fuertemente vinculada con la crítica hacia el clero.
Todas estas circunstancias ocasionaro que la literatura empezara a ser más educativa e instructiva.
La visión clásica de la poesía promocionada por Joseph Schreyvogel, fuertemente influenciada por autores (por ejemplo, Franz Grillparzer).
Otro dramaturgo importante fue Johann Nepomuk von Kalchberg, pero los temas históricos de sus dramas también recibieron influencia del Romanticismo.
Con las Guerras Napoleónicas en curso, muchas personas deseaban obras literarias que las llevaran lejos, a un mundo fantástico.
Klemens Maria Hofbauer, Eduard von Bauernfeld y Franz Grillparzer son tres de los escritores influenciados por estos eventos.
El Biedermeier puede ser identificado con dos tendencias en la historia alemana del siglo XIX temprano: la creciente urbanización e industrialización que llevó al surgimiento de una nueva clase media urbana y la creciente opresión política que siguió al fin de las Guerras Napoleónicas que indujo a las personas a concentrase en temas domésticos y apolíticos (al menos en público).
La reglamentación estricta para la publicación y la censura tuvo como consecuencia que los principales temas no fueran políticos, como novelas históricas o libros sobre la vida tranquila en el campo.
Entre los poetas de la época en Austria se encuentran Nikolaus Lenau (1802-1850), Adalbert Stifter y Franz Grillparzer.
Charles Sealsfield, seudónimo de Karl Postl, vivió un largo tiempo en Estados Unidos y escribió novelas escenificadas en el Lejano Oeste.
Otra escritora destacada de la época fue Bertha von Suttner quien escribió novelas sociales cuya calidad literaria no es usualmente apreciada por críticos literarios y germanistas, pero Suttner recibió el Premio Nobel de la Paz por su novela Die Waffen nieder (¡Abajo las armas!)
En Alemania, el Realismo preparó el camino para el Naturalismo, un movimiento literario similar que nunca se desarrolló en Austria.
Los escritores vieneses, tales como Arthur Schnitzler y Stefan Zweig, son a menudo mencionados en este contexto.
La literatura austríaca de esta época recibió una gran influencia del ascenso al poder nazi en Alemania en 1933.
Tras la anexión, estos autores fueron perseguidos, así como sus contrapartes alemanas lo habían sido desde años antes, y muchos de ellos, especialmente los judíos, fueron asesinados o forzados a emigrar.
En 2007, se publicó una antología de poesía austríaca en el exilio titulada In welcher Sprache träumen Sie?
Los mejor conocidos de entre ellos fueron Ilse Aichinger, Franz Theodor Csokor, Albert Drach, Albert Paris Gütersloh, Hermann Hakel, Theodor Kramer, Josef Luitpold Stern, Felix Pollak, Paula von Preradović, Joseph Roth, Hilde Spiel, Wilhelm Szabo, Hans Weigel y Stefan Zweig.
Por otra parte, algunos escritores "ex nazis" mantuvieron sus posiciones como Max Mell, Franz Nabl y Karl Heinrich Waggerl.
Este último y otros escritores católicos comenzaron a formar un bloque muy conservador al interior de la escena literaria austríaca.
Por medio del PEN Club austríaco, parece que incluso controlaron los subsidios estatales para la literatura, así como los premios literarios hasta los años 1970.
Algunos autores austríacos tuvieron buenas relaciones con el Grupo 47, con base en Alemania, o fueron miembros del mismo; entre ellos se puede mencionar a Ilse Aichinger (quien publicó la novela La mayor esperanza) y la poetisa y narradora Ingeborg Bachmann, ambas premiadas con el Premio de Literatura del Grupo 74.
Hans Lebert escribió la novela Wolfshaut (Piel de lobo), en la que describió un pueblo ficticio llamado Schweigen (Silencio), una alegoría para el silencio de muchos austríacos tras la dictadura nazi quienes pretendieron no saber nada sobre lo que había pasado en su país.
Doderer influenció a muchos otros autores con su arte novelístico, como en el caso de Robert Schindel.