Lenguas itálicas
Umbro Piceno meridional Sabino Latín Falisco Volsco y érnico Itálico central (marso, ecuo, peligno, marrucino) Osco Sículo Las lenguas itálicas constituyen un grupo de lenguas indoeuropeas con una serie de rasgos comunes.[1] Todas las lenguas itálicas comparten un buen número de isoglosas comunes, palabras únicamente exclusivas derivadas del protoindoeuropeo y conjugaciones similares; así, todas ellas son lenguas centum que no presentan palatalización de las (palato) velares indoeuropeas /*k, *kʷ, *g, *gʰ, *gʰʷ/.Curiosamente, las lenguas romances sí presentan una palatalización posterior de los fonemas latinos /k, g/, aunque solo ante fonemas anteriores /ε,e,i/ y el umbro también presenta este tipo palatalización, pero solo ante /k/.[10] El protoitálico probablemente fue hablado originalmente por tribus itálicas al norte de los Alpes.En particular, la evidencia lingüística sugiere contactos con hablantes de germánico y griego.La invención se extendió rápidamente por toda la península, a través de barreras lingüísticas y políticas.Las restantes lenguas osco-umbras están documentadas por menos de 100 inscripciones, la más documentada es el piceno meridional por más de 50 inscripciones en alfabeto propio entre los siglos VI a. C. y III a. C. y no parece haber sobrevivido hasta la era común d. C. Muchas de estas lenguas osco-umbras poco documentadas se escribían en alfabeto latino y algunas mostraron una fuerte influencia del latín como el marso, el peligno y el ecuo.[11] La inscripción más antigua en latín es la fíbula prenestina datada en el siglo VII a. C..C por los gramáticos romanos como Varro, Festo, Servio, etc quienes observaron similitudes entre el latín y algunas lenguas clasificadas como itálicas.No se ha encontrado relación entre el etrusco y cualquier otra lengua conocida, y aún no hay pista sobre su posible origen (a excepción de las inscripciones en la isla de Lemnos en el Mediterráneo oriental).Pero la evidencia de las inscripciones ilirias se reduce a nombres y lugares personales, lo que dificulta apoyar tal hipótesis.(2) Debería representar una fonología y morfología que presentara cambios respecto al estado común indoeuropeo.[16][19] Sin embargo, Rix, Silvestri y otros autores más tarde cambiaron de opinión y se convirtieron en partidarios abiertos de las lenguas itálicas como una unidad filogenética al encontrar que es muy posible reconstruir un protoitálico que cumpliera dichas características, por lo que la teoría de las lenguas itálicas como unidad filogenética, se volvió más dominante en la actualidad.[22] Por otra parte Bakkum define al protoitálico como una "etapa cronológica" sin un desarrollo independiente propio, pero que se extiende sobre el protoindoeuropeo tardío y las etapas iniciales del protolatino y el protosabélico.[26][27] El siguiente cuadro muestra los numerales de diversas lenguas itálicas, junto con la reconstrucción en proto-itálico y proto-céltico: El asterisco designa formas reconstruidas sobre evidencia lingüística indirecta y no formas directamente testimoniadas en alguna inscripción.