Muchos de los que fueron asesinados esos días pertenecían a las Sturmabteilung (SA), una organización paramilitar nazi.
Sin embargo, pese a la rápida consolidación de su autoridad política, Hitler no ejercía el poder absoluto.
Ésta evolucionó a partir del movimiento de los Freikorps surgido tras la Primera Guerra Mundial.
Durante las décadas de 1920 y 1930, las SA funcionaron como una milicia privada que Hitler usaba contra reuniones comunistas.
Conocidos como «camisas pardas», los miembros de las SA se hicieron muy notables por sus batallas callejeras contra los comunistas.
[13] Esta desestabilización fue crucial en el ascenso de Hitler al poder, sobre todo porque aseguró que si llegaba a la Cancillería, acabaría con la violencia.
[15] Este comportamiento molestaba a los elementos más conservadores de la sociedad, como el ejército.
El siguiente movimiento de Hitler fue reforzar su posición con respecto al ejército enfrentándose a sus enemigos, las SA.
En ese discurso afirmó que «La corriente revolucionaria no se ha detenido, pero debe ser canalizada en el seguro curso de la evolución».
Queremos esperar hasta que Papá Hindenburg muera, y entonces las Sturmabteilung marcharán contra el ejército».
Röhm, sin embargo, quería eliminar a los aristócratas prusianos de los altos mandos, siendo las SA el centro del nuevo ejército.
Bajo la presión del canciller, Röhm firmó a regañadientes un documento según el cual reconocía y acataba la supremacía de la Reichswehr sobre las SA.
Hitler anunció a los presentes que las SA actuarían como fuerza auxiliar del ejército y no al contrario.
[27] Aunque Hitler no tomó ninguna acción inmediata contra Röhm por su estallido impertinente, este suceso ahondó la brecha.
Pese al acuerdo con Hitler, Röhm seguía albergando la idea de un nuevo ejército alemán dirigido por las SA.
Todos estos hombres eran veteranos del movimiento nazi y apoyaban a Hitler por ser su líder.
La violencia de las SA en Prusia preocupaba en gran medida a Göring, primer ministro prusiano.
Esta lealtad se mostró muy útil cuando la cúpula nazi decidió actuar contra Röhm y las SA.
[30] Von Papen, un aristócrata católico con lazos con la industria y el ejército, amenazó en privado con dimitir si Hitler no actuaba.
Blomberg, quien se encontraba con el presidente, reprochó a Hitler no haber actuado antes contra Röhm.
Abandonó Neudeck con la intención de destruir a Röhm y arreglar cuentas pendientes con antiguos enemigos.
[36] Hitler se sentía seguro en su posición como para acudir a una boda en Essen, aunque apareció agitado y preocupado.
[38] En Bad Wiessee, Hitler arrestó a Röhm y otros altos cargos de las SA.
[39] Goebbels hizo hincapié en estos datos en la propaganda posterior para justificar la purga como un golpe a la inmoralidad.
[40] Tanto Heines como su compañero fueron asesinados en la habitación en la que fueron descubiertos por orden directa de Hitler.
[48] Como la purga había costado la vida a tantos alemanes importantes, fue imposible mantenerla en secreto.
La «Ley Referente a Medidas de Autodefensa del Estado» legalizaba retroactivamente los asesinatos cometidos durante la purga.
[56] Un capitán retirado, Erwin Planck, pareció darse cuenta de esto al decirle a su amigo, el general Werner von Fritsch: «si miras sin mover un dedo, sufrirás la misma suerte antes o después».
[58] Sin una prensa independiente que informase sobre la purga, se propagaron rumores sobre la noche de los cuchillos largos.
[61] Lutze, un hombre débil, hizo poco por conseguir la independencia de las SA, que fue perdiendo poder.