Los abuelos paternos de Kempka eran Ruhrpolen (polacos que habían emigrado en el Rühr).
[4] En 1945, mientras el final del Tercer Reich se aproximaba, Kempka acompañó a Hitler a la Cancillería del Reich y finalmente en el Führerbunker.
[5] El guardaespaldas de Hitler, Otto Günsche, había contactado por teléfono con Kempka y le había pedido que obtuviera toda la gasolina que le fuera posible conseguir y la llevase a la salida de emergencia del Führerbunker.
[11] Kempka abandonó el complejo del búnker a la noche siguiente, el 1 de mayo, junto al SS-Hauptscharführer Heinrich Doose, uno de los conductores que estaba bajo sus órdenes.
Su grupo bajó hasta los túneles ferroviarios subterráneos y llegó a la Estación de Friedrichstrasse.
[13] Kempka y otros siguieron las vías del ferrocarril con la esperanza de llegar a la Estación Lehrter.
Allí se encontraron con algunos trabajadores extranjeros escondidos en un cobertizo, donde los alemanes aprovecharon para deshacerse de sus uniformes y ponerse ropas civiles.
[17] A pesar de haber afirmado lo contrario durante su interrogatorio, Kempka posteriormente admitió que, cuando Hitler y Eva Braun se encerraron en su habitación del Führerbunker para suicidarse, él no se encontraba cerca de la escena; en realidad, él estuvo presente con posterioridad a que tuviera lugar ese hecho.
Kempka mantuvo durante el resto de su vida la relación con el Führerbegleitkommando asistiendo a reuniones de los antiguos miembros del I Cuerpo Panzer SS.