El tango narra la historia de un engaño que el hombre quiere ahogar en alcohol.
Carlos Mina narra que en los tangos anteriores a la década de 1940 el alcohol suele aparecer como paliativo para el dolor o como paliativo frente a la pena amorosa, citando como ejemplos, además de La última copa, a Esta noche me emborracho, Tomo y obligo y Sentimiento gaucho.
[1] Por su parte García Blaya dice que: Ese mismo año 1921 fue grabado por Carlos Gardel para el sello Odeón acompañado por las guitarras de José Ricardo y Guillermo Barbieri.
En 1929 lo grabó para el mismo sello Osvaldo Fresedo con la voz de Ernesto Famá, en 1939 lo grabó Hugo del Carril para el sello Victor, en 1942 Alberto Castillo con la orquesta de Ricardo Tanturi y en 1952 por Rodolfo Biagi con el cantor Hugo Duval para Odeon, entre otros.
En el sainete Cuando un pobre se divierte quien cantó por primera vez este tango fue José Cicarelli, un actor no muy destacado pero de buena voz que hacía en la obra un personaje ocasional -ni siquiera figuraba en el reparto- que en la escena que transcurría en el cabaré -elemento bastante usado en el teatro porteño de la época- con la animación musical de Enrique Delfino estaba sentado en una mesa y en un momento en que se producía un vacío en la acción se paraba con una copa en alto y levantaba y comienza a cantar: De lo que se trataba, explica García Jiménez, era de intercalar en algún momento el anzuelo del tango-canción que, en el caso, alcanzó rápida difusión.