En su apogeo llegó a operar vuelos internacionales a Atlanta, en Estados Unidos, Uruguay, y una extensa red de vuelos de cabotaje en todo el país.
Fue la primera aerolínea que rompió el monopolio instaurado por Aerolíneas Argentinas y su filial Austral Líneas Aéreas.
En 1987, la compañía incorporó dos SAAB 340 de 34 plazas, que le permitieron abarcar nuevas rutas.
En mayo del 1993, con el mercado aéreo argentino desregulado, LAPA incorpora su primer Boeing 737-200, para sus vuelos a Córdoba, Mendoza, Bariloche y Puerto Iguazú.
Dicha supuesta connivencia fue reiteradamente sostenida por un expiloto de la empresa, Enrique Piñeyro, quien incluso realizó el documental Fuerza Aérea Sociedad Anónima al respecto; aun así, el jurado del caso sólo condenó a dos gerentes de operaciones de la empresa, es decir los más cercanos al piloto, cortando la cadena de responsabilidades que llegaban hasta los máximos ejecutivos de la empresa (presidente y vicepresidente).