Línea Valencia-Tarragona
En 1941, la nacionalización del ferrocarril en España supuso la desaparición de Norte y su integración en RENFE.En 1997 se integró en el Corredor Mediterráneo, adaptando la línea a velocidades de 220 km/h duplicando la vía en la práctica totalidad del recorrido.[2] A mediados del siglo XIX, con el ferrocarril dando sus primeros pasos en España una de las primeras líneas que se planteó fue la unión de Madrid con la costa mediterránea.[3] Los puertos de Valencia, Alicante y Cartagena se alzaron rápidamente como las primeras opciones de un trazado que avanzaba desde la capital hasta Aranjuez y Almansa y que se decidió finalmente por parte del Gobierno que concluyera en Alicante.Eso no impidió el desarrollo de este novedoso medio de transporte en Valencia donde se construyó el tramo Játiva-Valencia (completado en 1854) y la línea Valencia-Almansa (1859), que enlazaba con la línea Madrid-Alicante.Completada la prolongación hacia el sur, el paso natural fue seguir hacia el norte para alcanzar Cataluña bordeando el mediterráneo para conectar con la red que también estaba creciendo en esa zona del país.Llegado a este punto la construcción experimentó sus primeras dificultades ya que 1864 vino marcado por las dificultades económicas de la Sociedad Valenciana de Fomento, un banco valenciano que junto a José Campo formaba el núcleo inversor del proyecto.Se construyó a su vez la conocida como variante del Ebro con un nuevo puente sobre el río y una modificación del recorrido que suprimía el bucle de Tortosa.