La Kriegsschuldfrage (literalmente "cuestión sobre la responsabilidad en la guerra") designa el debate público que se desarrolló en Alemania con el fin de establecer la parte de responsabilidad alemana en la Primera Guerra Mundial.
Este debate que frenó varios años el progreso político alemán mostró igualmente que políticos como Gustav Stresemann pudieron confrontar el problema de la responsabilidad por medio de la reflexión general sin transigir sobre los intereses alemanes.
Aunque desde 1945 tuvieron lugar varios debates parecidos, el concepto concierne más particularmente al primer conflicto mundial.
Los gobiernos involucrados se lanzaban durante la guerra a la publicación de documentos diplomáticos cuidadosamente escogidos para demostrar que habían tratado de apaciguar el conflicto y que fueron los enemigos quienes lo desencadenaron.
[3] Justificar haber sido agredidos se convirtió en una necesidad de política interior.
Alemania estaba dividida entre las masas urbanas entusiasmadas y una población rural escéptica e indiferente.
[5] Casi todos los historiadores del Reich alemán —entre los cuales, se encuentra Georg von Below, Otto Hintze, Erich Marcks, Friedrich Meinecke, Hermann Oncken— apoyaron al régimen en la guerra al representar a la historia nacional de manera nacionalista.
[6] Una gran cantidad de artistas y escritores, como Ludwig Fulda[7] apoyaban la propaganda que se dirigía a probar la inocencia en la guerra.
[8] Sin las garantías del derecho internacional, la guerra debía seguir: "en su unidad, el pueblo alemán es invencible".
En 1917, la memoria del diplomático Karl Max Fürst von Lichnowsky confirma sus opiniones así como la declaración del director de las empresas Krupp Johann Wilhelm Muelhon que había renunciado debido a la responsabilidad alemana.
El gobierno alemán habría desencadenado la guerra ella misma, como consecuencia del imperialismo europeo que solo una revolución social podía echar abajo.
Una paz parcial con Rusia no haría más que prolongar la guerra y permitir una nueva ofensiva en el oeste.
El pacifista radical y antimilitarista Fritz Küster designó al gobierno alemán como culpable desde la ocupación de Bélgica.
[15] Hugo Ball escribió un artículo titulado "El verdadero rostro" (Das wahre Gesicht) consagrado a la Kiregsschuldfrage en 1915 en Zúrich.
en 1918, se convirtió en redactor del Freie Zeitung suizo fundado por el diplomático alemán Hans Schlieben, en el cual se pronunciaron muchos adversarios de la guerra: Ernst Bloch, Carl von Ossietzky, Franz Werfel y Else Lasker-Schüler.
Los oficiales fueron, en su mayor parte, destituidos y desarmados, aunque no fueron arrestados ni asesinados.
No fue hasta los años 1960 que algunos historiadores reconocieron este gesto aislado como una alternativa a la política del gobierno de la época y como un aporte al acercamiento de los pueblos.
[19] Las cuatro grandes potencias representadas por Wilson (Estados Unidos), Georges Clemenceau (Francia), David Lloyd George (Reino Unido) y Vittorio Emanuele Orlando (Italia) se reunieron a fin de preparar el tratado de paz.