Esteban Tisza

Criado en un ambiente puritano y autoritario, estudió en su propia casa hasta los doce años.[2]​ Se casó con su prima en 1883 y el matrimonio llevó una vida retirada, por inclinación de ambos cónyuges.[2]​ Esta última murió en la infancia, mientras que el varón apenas destacó como su padre y abuelo.Se convirtió en política oficial contratar tantos aristócratas comunes en los órganos burocráticos como fuese posible.[7]​ Tisza se opuso al antisemitismo,[4]​ que temía pusiese en peligro el desarrollo económico húngaro.[8]​ En 1886 se presentó como candidato del Partido Liberal y obtuvo un escaño por un distrito transilvano.[13]​ Sabía que ninguna de las dos tareas le harían ganar partidarios, pero las consideraba un servicio a la nación.[15]​ Mantuvo una actitud pasiva ante la gran emigración del territorio, magiar y no magiar, hacia América, sin tratar de resolver los problemas sociales y económicos que acuciaban a los emigrantes.[19]​ La oposición y los liberales disidentes se organizaron en una coalición con Ferenc Kossuth como presidente del comité ejecutivo de la misma.[21]​ Con el creciente movimiento socialista Tisza, conservador, también mantuvo una actitud de hostilidad, aunque no llegó a prohibir los sindicatos, como había prometido.[16]​ En cuanto a las minorías, durante su mandato menguaron las tensiones, reduciéndose la persecución de las manifestaciones nacionalistas no magiares y siendo elegidos diferentes puestos administrativos locales y provinciales de las minorías.[22]​ Tisza veía el idioma como el elemento unificador del país y aprobó una ley que implantaba su enseñanza en las escuelas de las minorías en igualdad a su idioma materno a finales de 1904, mostrándose duro con aquellos que la rechazaron.[23]​ A cambio Tisza esperaba una lealtad total al estado, que consideraba únicamente magiar.[23]​ En 1905, negándose a manipular las elecciones como era habitual, Tisza había resultado duramente derrotado por la oposición, agudizándose la crisis entre los vencedores que reclamaban al emperador cambios en el ejército que tuviesen más en cuenta las aspiraciones nacionalistas y este, opuesto a cualquier cambio de ese tipo.[24]​ El enfrentamiento llevó al emperador a disolver el parlamento por la fuerza e instaurar un gobierno tecnócrata con un general húngaro a la cabeza, recibido con abierta hostilidad por la Coalición, que lo consideró inconstitucional.[25]​ Tisza, que no había apoyado al gobierno imperial por motivos electorales pero había expresado su respeto por la penosa situación del primer ministro, se mostró completamente opuesto a la ampliación del sufragio.[27]​ El gobierno imperial fue sustituido por un gabinete de Sándor Wekerle, moderadamente partidario del Compromiso Austrohúngaro,[27]​ y se volvió a instaurar la constitución, a cambio del compromiso de la Coalición de proseguir con la extensión del sufragio, aprobar las reformas militares deseadas por el emperador y aprobar el presupuesto.[33]​ Conocido ya como el principal opositor a la ampliación del censo, su nombramiento desencadenó una gran manifestación obrera de protesta en la capital que se saldó con muertos y heridos.[35]​ En octubre el estallido de la Primera Guerra Balcánica puso en primer plano la política internacional.[38]​ Durante su segundo mandato las dudas y vacilaciones del primero desaparecieron, usando Tisza del aparato estatal sin contemplaciones y extendiendo el control de su partido a todas las instituciones públicas.[39]​ Durante este segundo gabinete aprobó una serie de medidas que reforzaban el poder del estado, necesario por las circunstancias según Tisza, y debilitaban los derechos civiles.[41]​ Respecto a las minorías, Tisza mantuvo su postura conciliadora, prometiendo restablecer la Constitución croata, suspendida en mayo de 1912, y nombrando como representante húngaro en el territorio a un noble con fama de exorable.[32]​ Aprobó también en 1913 una reforma del sufragio limitada que, al no celebrarse elecciones después de 1910, nunca llegó a aplicarse.[29]​ En su segundo mandato, además, las cuestiones de política exterior, en las que Tisza no era un experto,[42]​ pasaron a un primer plano y ejerció una influencia en la política del Imperio primero indirecta y más tarde directamente.[46]​ En la misma época, se opuso rotundamente a los abusos del Ejército con la población civil que este consideraba desafecta, llegando a exponer su postura al emperador, que en otoño tomó medidas para limitar los desmanes de los militares.[49]​ Mantuvo el control de la política húngara mediante su mayoría parlamentaria, totalmente sometida a su persona y apática, pero que le privaba de consejos constructivos, limitándose a un respaldo permanente pero sin iniciativa.[51]​ La oposición y parte de la opinión pública comenzó a cuestionarse la efectividad del gobierno parlamentario.[52]​ En 1915 mantuvo constantes disputas con su colega austriaco Von Stürgkh sobre la escasez de alimentos, cada vez más pronunciada, aunque la situación en Hungría, tradicional proveedor agrícola del Imperio, era mejor que la de la Cisleitania.[54]​[55]​ Gracias al rápido apoyo alemán, la amenaza rumana fue pronto neutralizada, pero la posición del Imperio quedó menguada respecto de la de Alemania, que se había mostrado necesaria para defender el territorio del Estado.[64]​ Tisza consideró que esto acabaría con el acuerdo de 1867, sumiéndole en la depresión.
El conde Tisza, contrario a los cambios políticos y sociales de finales del siglo XIX y principios del XX .
Tisza y su esposa en la terraza del Palacio Sándor en 1904, durante su primer mandato.
El parlamento húngaro donde Tisza dominó la política húngara de comienzos del siglo XX .
El general Géza Fejérváry , presidente del gobierno imperial instaurado por el emperador Francisco José para doblegar a la oposición nacionalista magiar, presentó un proyecto de ampliación del derecho al voto para debilitar a esta que desencadenó un largo proceso de debate sobre la ampliación del sufragio a la que Tisza se opuso rotundamente hasta el final de su vida, logrando bloquearla.
El emperador Francisco José y Tisza. Este era considerado el hombre del emperador en Hungría por la oposición más nacionalista mientras que Tisza veía el vínculo con Austria como necesario para preservar el poder húngaro y la unidad del territorio.
Tropas rumanas avanzando en los Cárpatos en el verano de 1916. La ocupación temporal de parte de Transilvania por el ejército rumano debilitó la posición de Tisza en Hungría, donde la oposición le acusó de desatender la defensa del territorio.
Tisza de visita en el frente italiano en 1917.