Ascendió a teniente en 1851 y, ya como capitán, participó en la batalla de Solferino.[2] Tras un gabinete del también liberal pero más conciliador Carlos Khuen-Héderváry, que no logró vencer la resistencia de la oposición y se vio obligado a dimitir también, Tisza fue finalmente llamado a formar gobierno.[4] Recibió un abrumador voto de censura del parlamento, que consideraba su nombramiento inconstitucional.[7] No se convocaron elecciones y los dirigentes opositores perdieron la inmunidad parlamentaria.[7] El emperador, sin embargo, decidió no volver al gobierno absolutista de mediados del siglo XIX, en parte por consideraciones de imagen internacional, en parte por el probable debilitamiento del Estado y en parte por la creciente debilidad de la oposición magiar, que no deseaba tampoco una ruptura total con la Corona.[7] En abril de 1906 el dirigente más moderado de la oposición, Ferenc Kossuth alcanzó un acuerdo con Francisco José en el que, a cambio del regreso a un gobierno constitucional la oposición se comprometía a abandonar sus pretensiones nacionalistas respecto del ejército común, a aprobar el presupuesto y las reformas deseadas por el emperador sobre la cifra de reclutas y respaldar la extensión del sufragio universal.