Hay un puente que divide la ciudad en dos zonas, bajo el cual el Rin alimenta el lago de Constanza.
A pesar de ser una ciudad pequeña, su climatología la convierte en destino turístico e incrementa notablemente sus habitantes estacionales.
Los primeros pobladores atestiguados de la zona fueron pueblos celtas,[2] siendo posteriormente los romanos quienes fundaron la ciudad, instalando una fortificación en el siglo III d. C.[3] y bautizándola en honor del emperador Constantino I el Grande.
El concilio, al comienzo del cual llegó a haber incluso tres Papas diferentes, concluyó con la elección como tal de Martín V.
Un año después el territorio que comprende pasó a formar parte del Gran Ducado de Baden.
Acabado el Congreso de Viena en 1815 se adhirió a la Confederación Germánica y al Imperio Alemán en 1871.
Muchas de ellas son anteriores al siglo XV y entre las posteriores destacan también interesantes edificios barrocos.
Junto al puerto se levanta la estatua Imperia, obra del escultor Peter Lenk, erigida en 1993.
La estatua recuerda satíricamente al Concilio de Constanza (1414-1418) y representa una cortesana voluptuosa con un gran escote.
La figura en la mano izquierda tiene la cabeza cubierta por una tiara papal y está sentada con las piernas cruzadas.
No está claro si las figuras son retratos de gobernantes en la época del concilio (el emperador Segismundo y el papa Martín V) o si se trata de personificaciones del poder mundano y espiritual.