Al igual que Salaverry fue condenado a muerte, pero se le conmutó la pena por tres años de destierro, siendo embarcado hacia California.
Como prefecto de Puno, defendió su departamento invadido por los bolivianos, hasta que se firmó la paz (1842).
[1] Desatada la anarquía militar, fue atacado los partidarios del general Juan Francisco de Vidal y tuvo que abandonar Puno.
Apoyó a los generales Domingo Nieto y Ramón Castilla cuando estos iniciaron la revolución constitucional de 1843.
[1] Triunfante la revolución en el sur con la victoria de Carmen Alto (Arequipa), en Lima quedaba Domingo Elías como usurpador del poder, el cual trató de atraerse a las tropas del coronel José Rufino Echenique acantonadas en Tarma.
Declinó entonces las propuestas que se le hicieron para efectuar un pronunciamiento en Lima.
Esas elecciones las ganó el mariscal Castilla, que inauguró así su segundo gobierno.
[17] En 1871 se le encomendó la presidencia del comité directivo de la Sociedad Independencia Electoral, que auspició la candidatura presidencial de Manuel Pardo y Lavalle, y dio origen al Partido Civil.