Por toda esta labor fundacional, se le conoce como el «Sustentador de la Diplomacia en el Perú».Cursó estudios superiores en la Universidad Nacional de San Agustín; y al mismo tiempo dictó clases de Latinidad y Derecho Canónico en el Seminario.Por entonces editó El Pacificador y El Pensador (1834), publicaciones que tuvieron corta duración y donde trataba asuntos de política nacional; y La Bandera Bicolor (de marzo a agosto de 1839), donde defendió ardorosamente la Restauración acaudillada por el presidente Agustín Gamarra.[3] Luego retornó a su labor como magistrado, pero nuevamente fue elegido como representante en el Parlamento, esta vez como senador por Arequipa (1845-1849), bajo el primer gobierno de Ramón Castilla.Se desarrollaba entonces el gobierno de José Rufino Echenique, su antiguo correligionario vivanquista.Para 1920, su nieta Luisa Paz Soldán y Rouaud, decidió urbanizarla, dando origen a lo que después sería el Distrito de San Isidro, centro económico de Lima.Deseando vivir en tranquilidad, se trasladó a Arequipa, donde presidió la Academia Lauretana (1856).Dio también su primer Reglamento y empezó la edición de los Anales Universitarios, para difundir su desarrollo académico.En tal instancia defendió enérgicamente la independencia y de la soberanía del Perú, que se veían amenazadas por la agresión española, arrogantemente amparaba en su escuadra naval del Pacífico.