José María Landavere

1827) fue un abogado paceño que estuvo involucrado en los movimientos revolucionarios de 1805 y posteriormente declaró su lealtad al rey en 1809.

Sus padres, el español José Francisco Paredes y Leonor Peñaranda llegaron a acumular una importante fortuna a partir de las haciendas que adquirieron, tuvieron 5 hijos y 2 hijas.

Esta última llegó a casarse con el coronel Miguel Antonio del Llano y murió sin descendencia en 1780.

El 18 de julio sus antiguos compañeros revolucionarios le conceden un puesto dentro del Cabildo, Landavere decide renunciar a ese puesto unos días más tarde y abandona la ciudad el 24 de julio en compañía del obispo Remigio de la Santa y Ortega que fue desterrado por las nuevas autoridades.

Landavere se reúne con personajes como Domingo Chirveches y Pedro Indaburu para preparar una contra revolución, aprovechando que el ejército del nuevo gobierno sale de la ciudad se produce un movimiento español el 12 de octubre y logra tomar prisioneros a los cabecillas revolucionarios y controla la ciudad.

Durante su gobierno persiguió a varios revolucionarios pero fue criticado por no ser más duro y decidido con esa tarea.

Sin embargo, cuando en nuevo gobernador Mariano Ricafort se hizo cargo del gobierno, fue Landavere quien acusó a varios de los revolucionarios que permanecían en La Paz y acabarían fusilados.

Gregoria había abandonado a su esposo tiempo atrás y se había establecido en su propia casona, allí vivió junto a Landavere durante algunos años y fruto de esta relación tuvieron una hija: Landavere sabía que no podía dejar la fortuna que había heredado en manos de su hija, si bien le aseguró una buena dote y un buen matrimonio.