El padrino, Francisco de Asís Carreras, es un primo del padre que más adelante será su tutor y quien cuide de José, manteniendo entre ambos, estrecha relación y especial cariño.
La infancia del pequeño José pronto se siente afectada por la muerte de los padres, por lo que ya en su niñez se va forjando su capacidad de trabajar, sufrir, emprender y arriesgar que caracterizará toda su vida.
Desempeñó una gran actividad como profesor de teología, hebreo, griego, cánones hasta ser nombrado rector del seminario.
[1] Junto con el padre Salvado y conducido por monseñor Brady, se ofrecen para ser misioneros.
En 1864 junto con Antonia María de Oviedo y Schönthal, fundaron para este fin un asilo en Ciempozuelos, bajo el título de Nuestra Señora del Consuelo, donde las mujeres pudieran encontrar un refugio seguro y una nueva oportunidad para sus vidas.
Participó en el Concilio Vaticano I (1869-1870) y mantuvo una estrecha relación con Pio IX.
Se distinguió como teólogo, filósofo y apologista, publicando varias obras que fueron editadas repetidas veces.
Trabajó por diversos medios diplomáticos para forzar este acuerdo, con el objetivo general de acabar con la división en el sector monárquico y con el específico de restaurar la monarquía tradicional, sin concesiones al sistema liberal.
El plan fracasó y el Obispo de Daulia continuó apoyando la causa carlista.
En 1880 Alejandro Pidal quiso integrar a los carlistas en el régimen alfonsino mediante su proyecto político de Unión Católica, al que se oponía ferozmente el diario El Siglo Futuro.