Comenzó sus primeros estudios en los Estados Unidos debido a que su padre fue comisionado por el gobierno argentino en 1860, durante la presidencia de Santiago Derqui, para estudiar el Sistema federal de ese país.
García Mansilla fue enviado a la Escuela Naval Francesa ubicada en Brest, Bretaña.
Consciente del peligro - eran aguas con gran presencia de tiburones -comenzó a gritar con desesperación pidiendo auxilio.
El Almirante du Petit-Thouars lo felicitó y le comunicó que, no obstante, quedaba bajo arresto hasta nueva orden por haber abandonado su puesto de guardia (falta severamente castigada por el código naval francés).
Al día siguiente, escribió una carta a su madre Eduarda Mansilla relatándole lo acontecido la noche anterior y lamentándose por su reloj pues se había arruinado con el agua salada, pero le expresa que ello está compensado por haber salvado una vida y obtener la estima de sus camaradas franceses.
El famoso "secreto" era la razón de ser de que el torpedo se mantuviese sumergido a una profundidad determinada y consistía en un dispositivo que se ubicaba en un compartimiento por detrás del depósito de aire comprimido y por delante del motor alternativo que permitía al torpedo mantener la profundidad durante todo su recorrido.
El Maipú llegó al país en febrero de ese año, juntamente con las torpederas tipo Alerta recientemente adquiridas.
Ese mismo año, efectuó junto al ingeniero Hunter Davidson[18] el relevamiento hidrográfico del puerto interior de Bahía Blanca a fin de determinar su viabilidad para levantar allí un puerto militar.
Creada en 1881, funcionó en las instalaciones construidas a tal efecto en las inmediaciones del río Luján en 1883,[20] con el ARA Maipú como buque insignia, escuela y madre de torpederas.
García-Mansilla se desempeñó como Subdirector entre los años 1881 y 1885, pasando a ejercer la Dirección en octubre de 1886, gracias a la gran reputación que había adquirido en el uso del arma y en el empleo de las torpederas.
Ambas naves llegaron al país al año siguiente, participando activamente en la maniobras navales de ese año (las más grandes realizadas hasta entonces) donde se movilizaron 22 unidades torpederas las cuales dispararon unos 298 torpedos[28] bajo la atenta mirada del Presidente de la República Carlos Pellegrini desde el transporte Villarino.
Hacia eso del mediodía el Los Andes, alcanzado por varios disparos y con un rumbo abierto en la línea de flotación, se refugió entre buques comerciales extranjeros que se hallaban en el puerto.
[37] Para el año 1895, las tensiones limítrofes con Chile se encontraban en un nivel creciente y los riesgos de un conflicto cierto eran cada vez más plausibles.
Durante los ejercicios navales de ese año, comandó como Buque insignia del Jefe del Estado Mayor General al acorazado ARA Independencia en las grandes ejercitaciones navales de ese año.
Hizo aplicar esta resolución rigurosamente, empezando por sí mismo (ya que hasta ese entonces utilizaba el uniforme naval francés).
Inmediatamente, García-Mansilla es puesto al frente de esta división la cual se encontraba compuesta del crucero Buenos Aires[43] y de los cruceros acorazados clase Giuseppe Garibaldi Belgrano, Pueyrredón, San Martín y Garibaldi.
Hacia fines del siglo XIX, las tensiones con Chile se encontraban en su punto más álgido.
Ante este escenario, García-Mansilla redacta un informe titulado “Breve Estudio sobre las Operaciones Navales en caso de Guerra con Chile”, en el cual delineaba a grandes rasgos los pasos a seguir en caso de que estallaran las hostilidades.
En dicho informe, no preveía en lo inmediato un ataque directo al corazón del Río de la Plata ya que consideraba que la Armada Chilena debería comprometer el grueso de sus fuerzas en resguardar sus propias costas.
García-Mansilla, quien en ese entonces se desempeñaba como Director de la Escuela Naval Militar, dejó el cargo al ser designado para comandar la 2.ª.
La escuadra de mar, se subdividió a su vez en tres divisiones; la 1.º, con apostadero en Puerto Belgrano, estaba compuesta por los cruceros acorazados “San Martín”, “Pueyrredón”, “Belgrano” y “Garibaldi” y era comandada por el Comodoro Artilio Barilari.
La 3.º, comandada por el Teniente de Navío José Moneta, se conformaba con las torpederas de primera clase Yarrow "Bouchard”, "Pinedo”, "Jorge”, "King”, "Bathurst" y "Thorne" más el Transporte "Ushuaia".
La escuadra atacante logra ubicarse a menos de esta distancia, considerándosela vencedora en el ejercicio.
Roca desde la Fragata Sarmiento (capitaneada en la ocasión por García-Mansilla), con los buques divididos en cinco divisiones que "desfilaron" a media milla del muelle.
las modificaciones al reglamento y plan de estudios que introdujo, revelan su preocupación por renovar la instrucción dándole un sentido más profesional y realista a los aspirantes para dotarlos del conocimiento prático necesario que luego deberían emplear como oficiales, por ello se realizaban visitas frecuentes a buques, arsenales, polígonos, talleres y puertos, sin perder el hincapié en el aspecto teórico (logrando crear el perfil de marinero profesional y científico que caracteriza a nuestra armada).
[59] Sus últimos meses como Director los pasó en la nueva sede de Río Santiago.
Al día siguiente en los festejos con ocasión del egreso de nuevos Subtenientes, se acordó reunirse el próximo día en la casa de Albarracín para plasmar en un acta todas estas ideas.
En la reunión se proclamó por unanimidad la primera Comisión Directiva, con García-Mansilla como presidente.
Entre sus defendidos se encontraban el comandante Daniel de Solier y Julián Irizar.
Para ello remarcó las peripecias sufridas por aquellos hombres quienes, luego de un duro naufragio, llegaron destrozados a las rocas del cabo Polonio luego de luchar denodamente en las aguas crispadas por el temporal.