Una escritora y periodista argentina del siglo XIX, precursora en su género, cuya obra transcendió el ámbito nacional mereciendo el privilegio de ser traducida a otros idiomas.
Al evocarla, Manuel Eugenio Montes de Oca le decía a su hijo:
Por su parte, el poeta colombiano Rafael Pombo, dejó un bosquejo biográfico, prologando una de sus obras, en la que la recuerda diciendo, entre otras cosas:
Esta obra de urdimbre elemental, comienza a mostrarnos a una sagaz literata que describe ambientes con maestría –vida provinciana hacia 1860- y que diseña caracteres con la sapiencia de una experimentada escritora.
En el mismo año publicó una segunda novela: Lucía Miranda, dedicada al personaje femenino del fuerte de Sancti Spiritu, primer asentamiento europeo en Argentina, también firmada bajo el seudónimo de Daniel y que, al ser reeditada en 1882, mereció el elogio del publicista estadounidense Caleb Chusing:
Fue traducida al castellano por su hermano Lucio Victorio Mansilla y publicada en el diario La Tribuna en capítulos.
La obra mereció un cálido elogio por parte de Domingo Faustino Sarmiento, quien le dedica un extenso artículo en El Nacional.
Tenía gran amistad con Marietta Alboni, célebre contralto y con el tenor Enrico Tamberlick, al cual debe probablemente algo de su exquisito criterio lírico.
Sus hijos, Eduarda, Manuel José, Rafael, Daniel, Eduardo, Santiago y Carlos, por expreso pedido de sus padres al morir Don Juan Manuel de Rosas, en 1877, unieron para siempre, los apellidos paterno y materno mediante un guion, conformando la familia hoy apellidada García-Mansilla, como un símbolo de la necesaria hermandad entre los argentinos.
Consagrada en el mundo de las letras, llegó a Europa por segunda vez, y durante ocho años su salón brilló con la presencia de Victor Hugo, Thiers, Alejandro Dumas, Arsène Houssaye, Jules Janin, François Coppée, Jules Massenet, Eduardo Laboulaye, entre muchos otros.
La corte de Napoleón III y su mujer Eugenia de Montijo, muy cercana a su padre el general Lucio Norberto Mansilla y presentada por éste al Emperador, eran el ámbito en que desarrollaban su vida diplomática.