Pablo Riccheri

Es especialmente recordado por la ley que estableció el servicio militar obligatorio en Argentina en 1901.

[3]​ En 1890 fue enviado a Alemania, para encargarse de la compra de armamento, misión que fue citada como modelo por su eficiencia técnica y buena gestión comercial que permitió importantes ahorros a las arcas públicas.

[5]​ Definió claramente la misión de las Fuerzas Armadas del país, afirmando que su única función era defensiva, y de ninguna manera debían ser utilizadas para mezclarlas en contiendas políticas.

[cita requerida] Riccheri y el ministro del Interior, Joaquín V. González, protagonizaron un escándalo el 4 de septiembre de 1902: al ser exhumados los restos del general Manuel Belgrano, éstos fueron hallados en sorprendente buen estado.

Los dos ministros, que presenciaban la ceremonia, hallaron algunos dientes sueltos, de los cuales se apoderaron sin dar cuenta a nadie; el clamor de la prensa ante el hecho los obligó a devolverlos unos días más tarde.

En 1920 fue elegido, por aclamación, presidente de la Comisión de Homenaje por el Centenario del Fallecimiento del General Manuel Belgrano, organizando las celebraciones que se llevaron a cabo en todo el país[9]​ Pasó a retiro en 1922, como teniente general, por decisión del presidente Hipólito Yrigoyen.

Falleció en Buenos Aires en 1936 y fue enterrado en el cementerio de la Recoleta, con los más altos honores militares.

Igualmente, existen calles, plazas y escuelas que llevan su nombre en varias localidades del país.

En este caso, y en el de varias calles del país, se utiliza el apellido "Ricchieri", deformación del original Riccheri; lo propio sucede incluso en obras históricas de divulgación.

Pablo Riccheri, monumento fúnebre en el cementerio de la Recoleta.