Joaquín Riascos

Al terminar el relato de este largo combate, agrega el historiador Alarcón estas palabras: "Pronto se empezó a sentir en Santa Marta el desarrollo y frecuencia de un delito desvergonzado y escandaloso: el peculado.

Eso montó en cólera al coronel Riascos, cuya honradez era su mayor timbre, y sin pedir orden a nadie puso una guardia en la Aduana para que no salieran mercancías subrepticia o ilícitamente".

Riascos cayó prisionero y soportó once meses de prisión en Medellín.

Así fue como el general Riascos se encontró a la cabeza de un ejército en 1864, para apoyar a la gente honrada y de valía, que resolvió contener los excesos y crímenes del gobierno del Estado Soberano del Magdalena y derribar a su presidente general José María Louis Herrera.

Con todo, el 23 del mismo mes asume el mando de la Nación el general Santos Acosta, segundo designado, en ausencia del primero, Santos Gutiérrez, pero Riascos -por las dificultades de comunicación propias de la época continúa como mandatario provisional al no enterarse del golpe contra Mosquera dirigido por Acosta.

Retrato presidencial de Riascos