José Eusebio Caro

También fue ideólogo y fundador del Partido Conservador Colombiano, junto con Mariano Ospina Rodríguez.

Mientras su padre estaba en Londres, el niño José Eusebio prácticamente vivía con su abuelo Francisco Javier, quien fue su primer maestro, hasta que murió en 1826.

Por aprobación unánime obtuvo el grado de Bachiller; mas nunca quiso ejercer la profesión".

[6]​ Continúa Miguel Antonio Caro: "terminados sus estudios universitarios se consagró a la filosofía y a la literatura, desempeñando al mismo tiempo un empleo subalterno en el ramo de Hacienda.

[13]​ Cárdenas y Mallo nombran a José Eusebio Caro como su defensor para el juicio, cuya primera instancia se vio retrasada por los alborotos relacionados con el sorteo de los jurados.

[14]​ Ante esto Caro le solicita al Gobernador que se le garantice la seguridad a sus defendidos y que se vigile a los alborotadores, petición que fue negada y que Rodríguez usó para exigir prisión para el defensor[14]​ Cuenta José María Samper en su autobiografía Historia de un alma: "Al reunirse el segundo jurado, el debate fue vehemente y borrascoso, y hubo en las barras violentas escenas verdaderamente multitudinarias.

Al cabo, el jurado condenó a Cárdenas como calumniador; bien que luego quedó este libre de pena, y se alegó por la oposición que la barra liberal había hecho coacción al jurado.

"[15]​ Entre estos que denunciaron coacción se encontraba Caro; quién además afirmó en La Civilización que uno de los alborotadores era José María Samper, junto a sus estudiantes de Derecho Penal.

[16]​ Al leer dicho artículo titulado "El 7 de marzo de 1849", Samper le envía una Carta a Caro exigiendo que rectifique sus acusaciones, porque él no había estado cerca el día del juicio; a lo que Caro respondió con varios testimonios que sostenían la acusación.

[20]​ En efecto según Cordovez Moure Caro "colocado en la alternativa de afrontar un juicio del cual conocerían jueces apasionados e irresponsables, cuyo fallo le habría sido adverso, según toda probabilidad, o emprender el camino del destierro, optó por lo último y salió del país a mediados de 1850".

En 1885, fueron reeditadas en Madrid, con lo cual comenzó a tener el alcance universal que merecía.

Monumento a Caro.