Luego adelantó sus estudios en la Academia Julien de París, ciudad en la que vivió con su familia por varios años.
En 1911 pintó el óleo titulado: La Costurera, el cual fue adquirido posteriormente por el Museo Nacional de Bogotá.
Esto se consideró como el mayor legado de su vida, el cual posteriormente donó a la comunidad agustina.
En 1942, participó en el III Salón de Artistas Colombianos con los óleos: "Retrato del General Roberto Urdaneta" y "En el jardín".
Se le considera como una de las primeras artistas mujeres profesionales en el país, quien dedicó su vida al estudio y desarrollo de su vocación.