Fue el principal informante del cronista francés Jean Froissart en la parte de sus Crónicas referida a la guerra entre Castilla y Portugal.
Entre las fuerzas de los portugueses se encontraban también los nobles Gil Vasques da Cunha y Egas Coelho.
[3] El desacuerdo con el condestable portugués Nuno Álvares Pereira supuso su arraigo definitivo en Castilla.
A consecuencia de ello pierde definitivamente sus derechos sobre los territorios tradicionales de la familia en Portugal y recibe junto con su hermano varios señoríos y donaciones reales, entre las que destaca Belmonte.
En 1425 traspasa el señorío de Belmonte a su hija y heredera María Pacheco.