Entró en la marina francesa bajo el mando del gran almirante hugonote Gaspar de Coligny.
En 1562, Coligny lo eligió para dirigir una expedición al Nuevo Mundo para fundar una colonia refugio para los hugonotes.
Bautizaron el país como Carolina en honor al rey Carlos IX de Francia, y establecieron un contacto pacífico con los nativos del «pays de Chicora» (las tribus potanos, saturiwas y tacatacuru).
Finalmente, llegaron al Port Royal Sound, en la actual Carolina del Sur, y Ribault eligió para establecer un asentamiento la costera isla Parris, una de las Sea Islands.
Ribault supervisó el diseño de un pequeño fuerte, que fue nombrado Charlesfort, en honor del rey francés Carlos IX.
Mientras estaba en Inglaterra, se las arregló para obtener una audiencia con la reina Isabel I y organizó con algunos partidarios un plan para establecerse en América.
Durante su estancia en Inglaterra, y probablemente mientras estaba en prisión, Ribault escribió un relato de la travesía, que sobrevive solo en la traducción al inglés.
Los cultivos fracasaron todos debido a la dureza del clima y la colonia apenas sobrevivía comerciando con los nativos, con escasez de víveres.
Más tarde, un incendio destruyó la mayor parte de las escasas tiendas del asentamiento.
Su gestión de la colonia, sin embargo, fue desastrosa: interfirió torpemente en las disputas entre tribus rivales, divididas entre los partidarios del rey Saturiwa y sus rivales utina, una tribu india timucua localizada aguas arriba en el río, hacia el sur.
Tampoco pudo impedir que sus hombres, en su mayoría gentileshombres reacios al trabajo manual, se adentraran en la naturaleza en busca de hipotéticos tesoros y rapiñasen a los nativos.
Propusieron a Laudonnière repatriarlo, pero ante su negativa, aceptaron cederle uno de sus barcos y comida.
Ribault rápidamente relevó a Laudonnière como gobernador y asumió el mando de Fort Caroline.
[3] Mientras tanto, los españoles, que seguían reivindicando la Florida, se habían preparado para encontrar y expulsar a los franceses.
El mismo huracán que enmascaró el ataque de Menéndez a Fuerte Carolina destruyó totalmente la flota de Ribault, conduciéndolos hasta la playa, a muchas millas al sur del objetivo previsto.
Ribault se rindió, creyendo que sus hambrientos hombres serían alimentados y tratados decentemente.
Sólo un puñado de católicos, jóvenes músicos, e infantes del barco salvaron sus vidas.
La misma rendición y ejecución en masa siguió a los pocos días con otro grupo menor de franceses.
Menéndez había combatido brillante, pero horriblemente, llevando a cabo las órdenes de destruir la incursión francesa.
En 2016 fueron descubiertos frente a Cabo Cañaveral los restos del Trinité, el navío almirante de Ribault.