Los defensores de la izquierda comunista han incluido a Herman Gorter, Anton Pannekoek, Otto Rühle, Karl Korsch, Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Amadeo Bordiga, Jacques Camatte y Paul Mattick pero no son los únicos.
Algunos, sin embargo, en años posteriores llegaron a rechazar la idea que la revolución tenía una naturaleza proletaria o socialista, afirmando que había realizado simplemente las tareas de la revolución burguesa creando un sistema Capitalista de Estado.
Solamente los italianos aceptaron la necesidad del trabajo electoral aunque por un período muy corto, por otra parte las alas germano-holandesa, italiana y rusa se opusieron al "derecho de las naciones a la autodeterminación", la cual denunciaban como una forma de nacionalismo burgués.
Los comunistas de izquierda deseaban extender la revolución proletaria internacional a través del mundo.
La izquierda comunista se perdió en aquel debate mientras que Lenin demostró ser una figura demasiado fuerte.
Esto les dio una gran ventaja sobre las otras secciones del PSI que tenían figuras tales como Serratti y Gramsci en su dirección.
En una etapa este aislamiento fue profundizado cuando mandaron a los militantes comunistas dejar la defensa de las organizaciones que no fueron controladas totalmente por el partido.
Esta táctica produjo preocupación en la dirección de la Internacional Comunista y entonces dirigió una oposición dentro del PCd'I.
La victoria del fascismo también significó que la izquierda italiana entraría en un nuevo capítulo en su desarrollo - este vez en exilio.