Así que se pueden distinguir dos partes: a la época medieval se remontarían la cabecera, la portada abocinada y la espadaña, mientras que al siglo XVI pertenecerían las naves laterales, la torre y el pórtico.
También se le añadió en esta reforma un retablo de estilo plateresco.
El ábside está coronado por una cornisa sostenida por canecillos, de buena labra y muy elocuentes en cuanto a iconografía: ciervo, cigüeña matando a una culebra, contorsionistas, danzantes, hojas de acanto, monjes escribiendo y leyendo libro, músicos, sirenas,...
Por lo que se refiere al interior de la iglesia, tiene decoración escultórica en los capiteles del arco triunfal.
Se considera que su autor fue un artista al que se considera posible discípulo de quien pintó en la iglesia parroquial de La Loma, aunque es más naturalista y tiene mejor técnica.