Historia militar de Francia

Con una centralizada y eficiente monarquía y el primer ejército profesional desde los tiempos de los romanos, Francia se volvió la nación más poderosa de la Edad Media, solamente perdió su estatus cuando España logró derrotarla en las guerras italianas, las guerras de religión habían logrado mermar el poder francés a finales del siglo XVI, pero una victoria sobre España con la ayuda de Holanda e Inglaterra en la Guerra Franco Española (1635-1659), elevó a Francia nuevamente a convertirse en la nación más poderosa del continente.

El siglo XIX sería también testigo del gran imperio colonial francés y las guerras contra Rusia, México (en América), Austria y Prusia las cuales cesaron con la derrota en la guerra franco-prusiana, la enemistad franco-germana volvería a encenderse durante la Primera Guerra Mundial, con la ayuda de los británicos y una cada vez menor ayuda estadounidense, logró su victoria en el Tratado de Versalles, el cual desencadenaría la Segunda Guerra Mundial, donde fue humillada en la Batalla de Francia.

Las dos guerras mundiales destruirían la antigua enemistad franco-germana, la cual construiría el camino a la integración europea, tanto políticamente, como económicamente y militarmente.

El pensamiento estratégico francés fue siempre la necesidad de defender sus «fronteras naturales», los Pirineos en el suroeste, los Alpes en el sureste, y el Río Rin al este.

La guerra contra las naciones europeas no siempre se ha determinado por estos factores, y los franceses han extendido su autoridad continental fuera de estos límites, más notablemente bajo los reinados de Carlomagno, Luis XIV y Napoleón.

La participación francesa en estos enormes conflictos geoestratégicos han dado resultados positivos y negativos a la vez.

Sin embargo, aun en el siglo XXI, muchas ex-colonias francesas, solicitan ayuda militar de Francia para evitar actividades revolucionarias.

La campaña de Julio César en un principio no encontró resistencia inicialmente.

Mientras que el poder romano mermaba durante los siglos IV y V, una tribu germánica, los francos, tomaron grandes áreas de las Galias.

Carlomagno esperaba proveer a sus nobles de incentivos para que ayudaran en sus campañas.

El imperio tenía como vasallos a 100 obispos, 200 abades, 500 condes y unos 1000 vasallos reales o señores feudales cada uno debía aportar con 20 caballeros bien armados, totalizando 36.000 jinetes con armadura, mientras que la leva campesina para la infantería era de 3 a 5 veces mayor.

Por ello los carolingios le darían un alta importancia a la logística y la caballería.

La caballería finalmente creció hasta convertirse en el componente más importante del ejército francés, el choque que provocaban en combate se convirtió en el siglo XI en una de las tácticas habituales en el campo de batalla.

Sin embargo, a finales del siglo XIV y principios del XV el poder militar francés fue declinando durante la primera parte de la guerra de los Cien Años.

Más bien fue la pobre coordinación o las condiciones del terreno lo que causaba las derrotas francesas.