Una vez oficializada la escarapela, también la bandera de la Argentina utilizó sus colores celeste y blanco.Este escudo figuraba en la fachada del Consulado de Buenos Aires (creado en 1794), en el que Manuel Belgrano trabajaba.Se afirma también que otros cuerpos milicianos criollos, como los Húsares de Pueyrredón, habrían utilizado escarapelas con los colores azul-celeste y blanco, pero no existen constancias documentales al respecto.En esas fechas de la Revolución de Mayo, los patriotas llamados "chisperos" (apodo despectivo puesto por los realistas que querían seguir subordinados a España), cuyos jefes más notorios eran Domingo French y Antonio Luis Beruti, repartían cintas (cintillos) entre los adherentes a la revolución.No se sabe exactamente qué colores tenían tales cintas, hay quienes suponen que eran rojas; blancas con la figura del rey depuesto; o celestes y blancas; otros dicen que eran rojo, blanco y azul claro, al parecer porque se inspiraban en los colores de la Revolución francesa.Bartolomé Mitre atribuyó a French la idea de repartir cintas blancas y celestes:[6]Mediante los colores celeste y blanco, los patriotas querrían expresar que eran partidarios de la monarquía y no del liberalismo republicano francés y que además eran leales al rey Fernando VII, entonces prisionero de Napoleón Bonaparte en la ciudad francesa de Bayona.Sólo una minoría, cuyo representante más conocido era Mariano Moreno, era decididamente republicana y jacobina.Las escarapelas eran entregadas a quienes se consideraban aliados o fieles a la revolución y se utilizaban como distintivo para no ser atacados por las tropas de los chisperos en caso de disturbios.Refirió también Ansay que los partidarios locales de la Junta usaron cintas blancas en sus vestimentas.Moldes formó dos compañías de alabarderos veteranos a los que distinguió con esa escarapela.