Esto condujo a que en 1948 se establecieran dos gobiernos independientes en el Norte y en el Sur, cada uno reclamando su soberanía sobre la totalidad de Corea.
Se sucedieron las provocaciones fronterizas y tanto Rhee como Kim-Il-sung solicitaron apoyo para una invasión, pero norteamericanos y soviéticos se negaron a concederlo en primera instancia, aunque finalmente Stalin le prestó al líder norcoreano un respaldo limitado y condicionado a la aceptación de Mao.
[4] Mao reaccionó con prudencia y le pidió a Stalin confirmación de la versión de Kim, mientras que este ordenó que se excluyera a los chinos de cualquier planificación militar, lo que incluía ocultarles la misma fecha del ataque.
[8] Sin embargo, después del desembarco de Inchon, el 15 de septiembre, tras las líneas del cansado ejército del norte, los norteamericanos avanzaron rápidamente y tomaron Seúl el día 26 y Pionyang el 19 de octubre, el mismo día que Mao decidió intervenir directamente.
[10] Un mes después los norteamericanos contraatacaron, recuperaron Seúl y avanzaron hacia el paralelo 38, en torno al cual construyeron una línea fortificada de defensa.
El PNB por cápita en Corea del Norte casi cuadruplicó entre 1953 y 1960 (de 55 a 208 dólares), mientras que quedó casi estancado en Corea del Sur (de 56 a 60 dólares).
[13] El historiador Bruce Cummings indica que : "Un informe interno de la CIA admitía las diferentes realizaciones del régimen : los cuidados a los niños y particularmente a los huérfanos, el "cambio radical" del estatuto de la mujer, la atención médica gratuita y la medicina preventiva, las tasas de mortalidades infantil y una esperanza de vida comparable a los países más avanzados.
[13] Generalmente, las relaciones internacionales mejoraron, como durante el gobierno de Bill Clinton.
Días después, Corea del Sur y Estados Unidos anunciaron que se reforzarían las maniobras militares conjuntas que llevan a cabo anualmente.
[20][21][22] En respuesta a estas maniobras, Corea del Norte anuló el pacto de no agresión que mantenía con Corea del Sur y cortó las líneas de comunicación directas con su vecino.
[24][25] lo que fue considerado por Pionyang como el inicio de la guerra contra su nación.
A mediados de abril, tanto Corea del Sur como Corea del Norte han realizado propuestas para iniciar el diálogo entre las partes, pero no han sido aceptadas por sus contrapartes por las condiciones iniciales para reunirse.