Guerra etolia

[2]​ La huida de Antíoco dejó a los etolios sin aliados y el victorioso ejército romano avanzó sin oposición hacia Tesalia.La fuerza romana comandada por Glabrión envío una embajada a la ciudad con la oferta de que si entregaban la población, serían perdonados.Los defensores no respondieron y el ejército romano decidió tomar la ciudad por la fuerza e inició las tareas de sitio.Para contrarrestar esta estratagema, los etolios decidieron hacer varias salidas con el objetivo de dispersar a los atacantes.Glabrión, sabiéndose por tanto en una posición de ventaja, diseñó un plan para tomar la ciudad:[1]​ a medianoche, el cónsul mandó a todos sus soldados regresar al campamento,[1]​ que mantuvo en inactividad hasta las tres de la madrugada, momento en el que ordenó reanudar el sitio.Mientras todos los etolios se habían aproximado al lugar donde atacaba Glabrión, Sempronio penetró en la ciudad por otro punto.Cuando las tropas terminaron de saquear la ciudad, Glabrión ordenó separar a su ejército en dos grupos.[1]​ Los etolios todavía mantenían la esperanza de que Antíoco volvería a Grecia con una nueva fuerza y le enviaron una embajada.Los enviados le dijeron también que si no podía ceder tropas les diera un poco de dinero.El cónsul Glabrión estipuló una tregua de diez días y envío a su legado, Lucio Valerio Flaco para que parlamentara con los etolios.El asedio de Naupacto se prolongó dos meses hasta que Tito Quincio Flaminino llegó a la ciudad.A pesar del ataque sorpresa, Lamia fue capaz de repeler un primer embate.Los romanos, viendo que no podían tomar Naupacto sin atacar Anfisa desplegaron un exhaustivo sitio a ésta rodeando la ciudad por todos los segmentos de la muralla.