Refiere así como los dos hermanos, nacidos en Tesalónica, se trasladaron Constantinopla donde aprendieron con gran aprovechamiento las ciencias humanas, hasta el punto de que a Cirilo se le dio el título de Filósofo.
Metodio se hizo monje, y Cirilo recibió el encargo imperial[d] de evangelizar en Crimea a los jázaros.
La fama de la labor realizada en esas regiones llegó a Roma y el papa Nicolás II, les pidió que viniesen a Roma, lo que hicieron llevando las reliquias de San Clemente.
[f] Recibidos con todo honor por el papa Adriano II, que había sucedido a Nicolás tras su fallecimiento, esas reliquias fueron depositadas en la Basílica de San Clemente.
Con caridad y fortaleza cumplió con su oficio, lo que le hizo corregir al príncipe Suentopolo por su vida licenciosa, e incluso castigarlo apartándolo de los sacramentos.