Su carrera profesional la inició en el diario El Alcázar donde muy pronto le encargaron dos secciones diarias Juzgado de guardia y la Gran Vía se ríe, que mantuvo durante el tiempo que perteneció al periódico, gozando ambas de gran popularidad entre los lectores.
Como enviado especial recorrió el mundo viajando con más intensidad por Europa, América y África siendo este último continente donde consiguió sus mayores éxitos como corresponsal de guerra en el Congo, Biafra y Argelia y también los mayores sinsabores al ser detenido en Marruecos durante una visita de una comisión de la ONU al Sahara, incomunicado y expulsado de mala manera del país.
Posteriormente y durante diez años desempeñó diversos cargos ejecutivos fundando con Juan Francisco Puch el Departamento de Televisión.
Finalista del premio Ramiro Calle con la novela Todo a punto para nacer, publicó después Un golpe de sangre.
Vivió en Londres, París y Roma, ciudad esta última donde estuvo de corresponsal del diario Pueblo.