Biafra fue reconocido únicamente por cinco países: Gabón, Haití, Costa de Marfil, Tanzania y Zambia.
Por su parte, Israel le suministró las armas capturadas en la Guerra de los Seis Días.
Sin embargo, el apoyo clandestino sudafricano (con la política del apartheid) y portugués disuadió a más Estados africanos, que de otro modo podrían haber respaldado su causa.
Tras algunos éxitos iniciales por parte de la nueva república, tales como la ocupación de la región del medio oeste nigeriano en julio y agosto, las tropas nigerianas invadieron suelo biafreño e iniciaron una guerra de exterminio en la que llevaron la iniciativa y reconquistaron progresivamente el territorio, mientras que las fuerzas locales se limitaban a contraatacar.
Antes de 1970, Biafra había quedado arrasada por la guerra y necesitaba urgentemente alimentos.
La propia secesión fue alentada en gran medida por intereses extranjeros en territorio biafreño, centrados en su riqueza mineral, principalmente de petróleo.
Al igual que muchos otros nuevos estados africanos, las fronteras del país no reflejaban los anteriores límites étnicos, culturales, religiosos o políticos.
Una década más tarde, en 1964 y durante la crisis política del Oeste[4] dividió la región occidental cuando Ladoke Akintola se enfrentó a Obafemi Awolowo.
Los oficiales, predominantemente musulmanes, nombraron a un general de un pequeño grupo étnico (los angas) del centro de Nigeria, el general Yakubu "Jack" Gowon, jefe del Gobierno Militar Federal (FMG).
En septiembre de 1966, aproximadamente 30.000 civiles Igbo fueron asesinados en el norte, y algunos norteños murieron en enfrentamientos en ciudades del este.
[13] Biafra estaba mal equipada para la guerra, con menos personal del ejército y menos equipamiento que los militares nigerianos, pero tenía ventajas sobre el Estado nigeriano, ya que luchaban en su tierra natal y contaban con el apoyo de la mayoría de los biafreños.
[9][15] En septiembre de 1968, el ejército federal planeó lo que Gowon describió como la "ofensiva final".
[9] La organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras se originó en respuesta al sufrimiento en Biafra.
El médico francés Bernard Kouchner también fue testigo de estos hechos, en particular del enorme número de niños hambrientos, y, cuando regresó a Francia, criticó públicamente al gobierno nigeriano y a la Cruz Roja por su comportamiento aparentemente cómplice.
Los hombres expuestos a la guerra se casan más tarde y tienen menos hijos.