Bajo el reinado de Pedro el Grande, las Cortes Catalanas tomaron forma institucional.
Las Cortes ejercían funciones de consejo y también legislativas por medio de los denominados "tres brazos": el eclesiástico, el militar y el popular o cámara real.
El primer paso hacia la institución de la Generalidad se produjo en las Cortes celebradas en 1289 en Monzón, al designarse una Diputación del General, comisión temporal para recaudar el "servicio" o tributo que se concedía al rey.
En el interregno producido por la muerte de Martín el Humano, la Generalidad asumió responsabilidades políticas.
En las Cortes del 1455, y para evitar el nepotismo oligárquico, se introdujo el sistema de insaculación: los diputados salientes elegían a doce candidatos entre los que se elegía uno al azar.
El pretendiente carlista impulsó el 1872 la lucha en Cataluña enviando su hermano Alfonso Carlos de Borbón.
[11] En fue declarado Presidente el general Rafael Tristany, que juró los fueros en Olot y este sería seguido después por Francisco Savalls.
Así el artículo sexto declaraba a la Diputación como el órgano competente para imponer impuestos y recaudarlos.
El décimo crear cuerpos policiales y a cuidar del ejército.
Segundo de historiador Jaume Grau «la restauración carlista retornaba a Cataluña Impuestos, Justicia, Municipios, Policía, Ejército, Enseñanza, Funcionarios, toda una serie de poderes competenciales que Cataluña hoy en día aún no ha recuperado.
Tras la fallida proclamación del Estado Catalán en octubre de 1934, la Generalidad es suspendida y no fue restaurada hasta el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936.
En 1939, tras el triunfo del bando sublevado, encabezado por el general Franco, fue disuelta.
Aunque se reconstituyó en el exilio durante toda la dictadura (1940-1977), con la vuelta a la democracia fue restaurada.
Dirige y coordina la acción del Consejo Ejecutivo o Gobierno.
El Consejo actúa con independencia del Gobierno en el ejercicio de sus funciones.