Le valió a Spinoza una reputación perdurable como uno de los pensadores más importantes y originales del siglo XVII.
El primero se publicó durante su vida, pero el segundo, que contiene la totalidad de su sistema filosófico en su forma más rigurosa, no se publicó hasta después de su muerte en 1677.
Las obras que expresan pensamientos que se cristalizaron en los dos libros antes mencionados (por ejemplo, el Tratado breve y el Tratado sobre la enmienda del intelecto), no están directamente relacionados con la propia filosofía de Spinoza (por ejemplo, Los principios de la filosofía cartesiana y La gramática hebrea).
Así, las cosas cuyas características conoce un hombre deben haber venido de alguna fuente anterior.
[7] Spinoza también ha sido descrito como un epicúreo materialista,[8] específicamente en referencia a su oposición al dualismo cartesiano mente-cuerpo.
La filosofía política de Spinoza es también una filosofía del "conatus", la tendencia individual a existir, que no se puede extinguir ni en el Leviatán más poderoso, ni en el peor de los regímenes autoritarios.
Además, según Spinoza las nociones de bien y de mal no tienen sentido antes del establecimiento de la sociedad, ya que en el estado natural no existen normas comunes, sólo deseos individuales (deseos que pueden llevar a unas personas a dominar a otras más débiles).
¿Cómo puede existir la sociedad civil si las personas sólo están dominadas por su propio impulso de vivir?
Por eso las ciencias y las artes sólo pueden desarrollarse en sociedades, donde hay tiempo para atender otras cosas que no sean la propia supervivencia.
Aquí los individuos nunca renuncian por completo a su derecho individual de naturaleza.
No son sujetos pasivos bajo el poder de un soberano absoluto, sino ciudadanos que aportan su propia fuerza al Estado.
Aquí, los derechos individuales existen solo porque nosotros, como individuos, nos beneficiamos del poder de todo nuestro grupo.
[17] En una perspectiva más amplia, un estado que se basa en formas temibles e inhumanas para preservar su poder no puede sobrevivir por mucho tiempo, ya que esas formas impiden el desarrollo de su propia fuerza y refuerzan la tendencia de la "multitud", las masas, a los disturbios o a la desobediencia: la obediencia es necesaria para preservar el orden social y la paz.
Así, podemos distinguir a Hobbes y Spinoza por la forma en que ven el funcionamiento normal del Estado.
Por eso Spinoza favorece estados que se organicen para que los ciudadanos puedan participar en la elaboración de las leyes, como forma de mejorar su calidad, y en el funcionamiento del estado.
No hay mejor gobierno en este sentido: el mejor gobierno es el gobierno al que la gente de un determinado país se ha acostumbrado, y no hay nada bueno en cambiarlo pues tal cambio altera el equilibrio de poder ya existente y puede traer malestar, conflicto entre intereses opuestos o arraigados.
Según él, más bien se debería apuntar a diseñar mejores instituciones: por cada tipo de régimen o gobierno (monarquía, aristocracia, democracia) Spinoza implementa los lineamientos de lo que deberían ser las buenas instituciones para este régimen.
Se deben evitar, así, la dictadura y la tiranía, previniendo sus causas (la acumulación del poder en «uno solo») para no caer en la esclavitud.
Jonathan Bennett afirma que "Spinoza vio las emociones principalmente como causadas por cogniciones.
[Sin embargo] no dijo esto con la suficiente claridad y, a veces, lo perdió de vista por completo".
[23] Spinoza proporciona varias demostraciones que pretenden mostrar verdades sobre cómo funcionan las emociones humanas.
La imagen presentada es, según Bennett, "poco favorecedora, teñida como está por el egoísmo universal".
Para Spinoza todo el universo natural está hecho de una sola sustancia, Dios, o, lo que es lo mismo, la Naturaleza, y sus modificaciones (modos).
Cuando entendemos una cosa particular en el universo a través del atributo del pensamiento, estamos entendiendo el modo como una "idea" de algo (ya sea otra idea o un objeto).
Las cosas particulares que tienen amplitud y profundidad (es decir, ocupan espacio) son lo que se entiende por "extendidas" sigue de esto que si la sustancia y Dios son idénticos, en opinión de Spinoza, y contrariamente a la concepción tradicional, Dios tiene la extensión como uno de sus atributos.
Esto constituye un rechazo de la teleológica, o la causalidad final, excepto posiblemente en un sentido más restringido para los seres humanos.
Y así, no hay ideas inadecuadas o confusas excepto en la medida en que se relacionan con la Mente singular" de alguien."(E2P36d).
[note 2] Spinoza piensa que hay dos formas en que podemos tener el primer tipo de conocimiento: Él llama a estas dos formas "conocimiento de primera clase, opinión o imaginación".
Dado que los individuos se identifican como meras modificaciones de la Sustancia infinita, se sigue que ningún individuo puede jamás ser "totalmente" completo, es decir, perfecto o bendito.
La perfección absoluta está, como se señaló anteriormente, reservada únicamente para la Sustancia.