Fawzi al-Qawuqji

[3]​ En ella se tanteaba la posibilidad de que se produjera una sublevación (financiada, armada y organizada por los británicos, que también pagaron cuantiosas sumas a la familia de Husayn) del mundo árabe contra el Imperio Otomano.

Aunque el tono de las cartas es bastante ambiguo (así, por ejemplo, en las cartas no se cita expresamente Palestina y McMahon siempre defendió que no fue su intención que el jerife Husayn entendiera que este territorio entraba en el pacto) y tras la guerra se crearon varios estados árabes tutelados por los victoriosos aliados occidentales, el mundo árabe se sintió engañado por entender que la promesa inglesa incluía la formación de un gran imperio árabe, y buscó su independencia frente a ingleses y franceses.

Las circunstancias de su huida son confusas; algunas fuentes suponen que fue ayudado por el rey Abdullah de Transjordania;[10]​ otras, incluso, suponen que los británicos no quisieron atrapar a quien ya se había convertido en un mito del nacionalismo árabe.

Sin embargo, tanto árabes como judíos se vigilaban y preparaban para un posible enfrentamiento a gran escala.

Los grupos guerrilleros se veían obligados a elegir dianas indefensas, preferentemente de noche, o cometer pequeños atentados con rápidas retiradas.

Las consecuencias de esta derrota sobre el futuro de los árabes palestinos es incalculable: Por si fuera poco, las principales figuras del nacionalismo árabe y palestino estaban amargamente enfrentadas, como se iba a ver en los años siguientes.

La reacción británica no se hizo esperar, y derrocó el nuevo gobierno tras la corta guerra anglo-iraquí.

Algunas fuentes, basándose principalmente en el propio relato de Al-Qawuqji a la revista "Time"[15]​ omiten este combate y relatan que Al-Qawuqji sufrió una grave herida tras ser ametrallado desde un avión y fue evacuado a Alemania para su convalecencia.

Sin embargo, parece probado que Qawuqji pasó de Irak a Siria y allí permaneció un tiempo ayudando al gobierno pro-Vichy.

[18]​ Al parecer, los soviéticos consideraban positivo su pasado como antiimperialista; o, quizás, le creían útil en el tablero del Oriente Medio como peón antibritánico.

El mundo árabe reaccionó conmocionado y anunció que impedirían la Partición, por la fuerza si fuese necesario.

[24]​ Sin embargo, según Azzam Pazhá, los países árabes no entregarían más allá del 10%, esto es, £200000.

Fawzi Al-Qawuqji fue designado comandante militar, o mariscal de Campo; Taha Hashemi, inspector general; para otros puestos de responsabilidad como enlaces con los diferentes países árabes fueron nombrados Ahmed Shukeiri, Muhammad al-Hindi y Abd al-Qadir al-Jundi.

", de Lapierre & Collins, Al-Qawuqji es presentado como un líder fatuo, fanfarrón y muy poco dotado militarmente.

[34]​ Diez días más tarde se produce otro ataque al Kibbutz Yechi'am, en la zona de Galilea Oeste (atribuida a los árabes) con unos 400 hombres armados con artillería ligera y ametralladoras, comandados por Adib Shishakli.

Al-Qawuqji no parece haber programado ni ordenado estos ataques -que ni siquiera cita en sus memorias- aunque sí parece haber sido informado de ellos: Unos días después, declaró a un periodista: "La Liberación de los Santos Lugares empezará cuando yo lo diga".

Por la noche, una compañía de la brigada Golaní se infiltró en el kibbutz para reforzar a los defensores.

El día 8 de abril, Al-Qawuqji proclamó una victoria completa en Mishmar HaEmek: "La bandera árabe ondea sobre Mishmar Haemek" y tres días después, en una emisión de radio, matizaba el anuncio: "Tras las primeras y esporádicas escaramuzas asestaré a los sionistas un golpe del que jamás se recobrarán".

Durante varios días se produjeron furiosos ataques y contrataques, cambiando de bando algunas posiciones hasta once veces.

Sus guarniciones urbanas, en Jaffa, Safed, Tiberíades, Acre (Akko) o Haifa no pueden resistir las ofensivas judías y pierden todas las ciudades.

Sin embargo, el principal peligro para Jerusalén no es, en este momento, el bombardeo, ni las tropas árabes de la ciudad; la imposibilidad de hacer llegar suministros agua, alimentos o municiones amenaza con obligar a los judío a la rendición.

Aunque, más adelante, un contingente de unos 2000 combatientes sirios, libaneses y del Ejército de Liberación conquistaron nuevamente Al-Malkiyya, hecho por el que Al-Qawuqji fue condecorado con la Orden Nacional del Cedro (Líbano),[59]​ el ejército libanés apenas realizó más movimientos.

[66]​ Cuando la Segunda Tregua entra en efecto -y ahora los países árabes no pueden hacer otra cosa sino aceptarla aliviados- el dispositivo del Ejército de Liberación en Galilea del Sur, o Baja Galilea, ha sido destruido: las tropas de Al-Qawuqji se retiran a las montañas del Norte de Galilea (donde el Ejército israelí no dispone de efectivos suficientes para cercarles, y donde permanecerán hasta su expulsión en octubre, con la Operación Hiram) o han huido a los países árabes vecinos.

Durante este periodo el Frente Norte permaneció en calma relativa, porque no se realizaron combates a gran escala, aunque se produjeron frecuentes ataques y escaramuzas por ambos bandos, que trataban de mejorar sus posiciones a costa del enemigo.

Aunque se produjeron algunas represalias contra poblaciones que se habían rendido previamente a los israelíes (como en el caso de Sakhnin), en general, mejoró la colaboración entre ambas partes con respecto a fases anteriores de la guerra.

[70]​ Por lo tanto, aparte de las escaramuzas ya citadas, los israelíes tenían buen cuidado de no lanzar ofensivas a gran escala que, por otra parte, hubieran sido condenadas por las Naciones Unidas como actos agresores y hubieran empeorado su situación diplomática.

Ben Gurion Y Yigael Yadin no desean, en principio, comprometer sus fuerzas en una ofensiva a gran escala si pueden evitarlo; por lo tanto, aprueban una contraofensiva limitada con la brigada Carmeli para liberar los kibbutz sitiados.

La 7.ª Brigada encontró cierta resistencia en Jish y Meron y tuvo que hacer frente a una columna enviada por el mando sirio para apoyar a las tropas del Ejército de Liberación; sin embargo, se trata de un batallón norteafricano recién llegado a Oriente Medio, aún no preparado para el combate, y es casi destruido en su primer combate; su derrota, la noticia de que los israelíes habían capturado Meron y la posibilidad de verse cercados hace cundir el pánico entre las tropas árabes.

Por su parte, la 9.ª Brigada encontró más resistencia en Tarshisha, que solo pudo ser tomada cuando, tras un infructuoso ataque por tierra, fue sometida a un bombardeo aéreo.

Y sobre este tema hay unos cuantos puntos que resulta imprescindible tomar en cuenta si queremos tener una visión ajustada de la realidad histórica:

Qawuqji (3.º por la derecha) en 1936
Fotografía ecuestre de Al-Qawuqji en 1948.
Situación en la zona de Latrún el 10 de mayo de 1948
Situación en la zona de Latrún el 15 de mayo de 1948
Mapa de la Alta Galilea con las principales localidades; en rojo pueblos capturados por las FDI en la "Operación Hiram"