En 1929 el rey Faysal designó a al-Said como primer ministro y efectivamente éste ocupó el cargo llenando las filas de la administración con partidarios suyos.
Para evitar que la hostilidad al tratado se tornara contra la monarquía, el rey Faysal I destituyó a al-Said en octubre de 1932.
Desde esa fecha Nuir al-Said luchó por volver al gobierno, apoyado por la burocracia que bajo su mando había alcanzado altos puestos en la administración.
El rey Ghazi I accedió a designarlo ministro de asuntos exteriores, pero fue depuesto por una revuelta del general Bakr Sidqi en 1936, tras la cual al-Said se exilió en la embajada británica en Bagdad y luego en Egipto.
Brevemente derrocado por el nacionalista proalemán Rashid Ali en marzo de 1941, al-Said volvió al gobierno tras el triunfo británico en la Guerra Anglo-Iraquí.