Expulsión de los judíos de al-Ándalus

Abd al-Mumin o Abdelmumén, su líder en aquel entonces, buscaba imponer sus ideas religiosas en todos los territorios bajo su control.

Tras apoderarse en 1146 de la capital del imperio, Marrakech, Abdelmumén reunió a los judíos y, según Vicente Risco, invocó la teoría del emplazamiento, haciéndoles escoger entre la conversión al islam o la muerte.

Para el siglo xii, los hebreos se habían arabizado de tal manera que usaban la lengua árabe entre ellos.

En Córdoba, el anciano rabino Joseph ben Zadik murió del pesar que le causó contemplar aquellas destrucciones.

[8]​ Según el historiador José Domenéch Mira, mientras en la España musulmana «se realizaban esas expulsiones y se ejercía esa intolerancia religiosa, en el Norte cristiano las tres religiones y las tres comunidades convivían razonablemente bien.

El concepto de tolerancia religiosa había muerto en al-Andalus, pero se mantendría durante varios siglos en los reinos cristianos del Norte».

Estatua de Abd al-Mumin , quien ordenó la expulsión o conversión forzosa de los judíos.
Maimónides fue uno de los judíos exiliados de la España musulmana.