Ermita del Cristo de Cataláin

[4]​ En 1887 el caserío lo habitaban 15 vecinos, en 1960 solo eran cuatro,[1]​ y actualmente está deshabitado.

El paso de la nave al falso crucero se realiza por un arco de medio punto, apoyado en medias columnas adosadas a los machones que limitan el crucero.

La arquitectura de la nave y el crucero es resultado de la restauración realizada por Francisco Íñiguez, recuperando las formas originales, pues en 1776 se llevaron a cabo en la ermita obras importantes[d]​; especialmente en la cubierta, construyendo sobre el crucero una bóveda sobre pechinas, y sobre la nave tres tramos con bóvedas de lunetos.

El ábside presenta al exterior tres ventanas de medio punto sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales y animales fantásticos, y cimacios lisos son perfil de medio bocel.

[9]​ Los muros laterales, salvo los correspondientes al falso crucero, fueron reconstruidos en el siglo XVIII, y no muestran ninguna decoración, En contraste, la portada situada en los pies del templo presenta una rica composición.

Las columnas que sostiene las arquivoltas presenta capiteles figurativos y sobre ellos cimacios con decoración de roeles.

A la derecha e izquierda de esta ventana sendas aspilleras enmarcadas, como la central con un arco sobrepuesto jaquado que se prolonga horizontalmente.

sostiene la espadaña con dos huecos de medio punto, enmarcados con una moldura lisa que remite en su alzado a la que aparece en las aspilleras inferiores; en esos huecos se sitúan sendas campanas.

[12]​ También en el falso crucero, pero en el lado de la epístola, se sitúa una pila bautismal, también gótica del siglo XIV, en el cilindro que delimita la pila muestra una galería de arquillos trilobulados,[e]​ en que se esculpen motivos variados: un crismón, un monje con hisopo, un escudo con tres veneras, una estrella, un escudo con cuatro fajas, una cruz, dos candeleros, un creciente ranversado, etc.

[4]​ En la Edad Media, el pequeño monasterio del Cristo de Cataláin incluyó un hospital para los peregrinos que se dirigían a Santiago, pues el llamado Camino Francés tuvo algunas variantes, y entre ellas la que saliendo de Sangüesa seguía el curso del Aragón, dejando el río al sur llegaban a Leache, donde la Orden de San Juan del Hospital tenía un hospital para los peregrinos; desde allí, por la Vizcaya entraban en la Valdorba pasaban por Iracheta, con otro hospital de los sanjuanistas, y de allí bajaban a Cataláin; finalmente por Barásoain se dirigían a Puente la Reina, uniéndose antes al trazado principal del Camino Francés[13]​ Estas circunstancias van convirtiendo a Cataláin en centro religioso de la Valdorba y ,cómo es habitual en la Navarra del angiuo régimen, centro también de la administración común del valle; efectivamente, allí se reunían los jurados de los pueblos para tratar las cuestiones del general del valle, tal como consta en las actas que se conservan desde la de 1591 hasta la constitución de los ayuntamientos en el siglo XIX.

Cimborrio sobre trompas en el falso crucero
Detalla del arco de la portada de la ermita