En este tiempo se intensificó la competencia por las magistraturas entre la aristocracia romana, creando irreconciliables fracturas políticas que sacudirían a la República con tres grandes guerras civiles; estas guerras terminarían destruyendo la República, y desembocando en una nueva etapa de la historia de Roma: el Imperio romano.La monarquía histórica, probablemente se derrocó rápidamente, pero los cambios constitucionales que ocurrieron inmediatamente después posiblemente no fueron tan extensos como la leyenda sugiere.Estallaron continuas protestas, en las que las encabezaba Marco Manlio Capitolino, quien, aunque era patricio, se alió con los plebeyos, cuyas deudas ayudó a pagar con su fortuna.[24] La antigua nobleza seguía existiendo por la fuerza de la ley, ya que solo los patricios podían permanecer en altos cargos.Cayo prohibió las comisiones judiciales y declaró inconstitucional el senatus consultum ultimum, luego propuso una ley que garantizaba la ciudadanía a los aliados italiotas.[37] Se postuló para un tercer mandato en 121 a. C., pero fue derrotado y luego asesinado por representantes del Senado junto a 3000 de sus partidarios en la Colina Capitolina en Roma.[43] Se convirtió en dictador, aprobó una serie de reformas constitucionales, renunció a la dictadura y cumplió un mandato final como cónsul.[46] Después de varios fracasos, los líderes del movimiento decidieron utilizar todos los medios necesarios para lograr sus objetivos.El movimiento se unió bajo un aristócrata llamado Lucio Sergio Catilina, con base en la ciudad de Fiesole, que era un semillero natural.Como resultado, los principales conspiradores en Roma —incluido al menos un cónsul anterior— fueron ejecutados por autorización —de dudosa constitucionalidad— del Senado y se interrumpió el levantamiento planeado.César iba a ser elegido cónsul en el 59 a. C. y luego serviría como gobernador de la Galia durante cinco años.Muchos de los conspiradores eran senadores, que tenían diversas motivaciones económicas, políticas y personales para llevar a cabo el asesinato.[62] Después del asesinato, Marco Antonio formó una alianza con el hijo adoptivo y sobrino nieto de César, Cayo Octavio Turino.Se estima que para el año 500 a. C., ya como república, tendría un área de 822 kilómetros cuadrados bajo su control.Disputada entre 343-341 a. C., habría sido causada por invasiones samnitas en territorio romano,[94] habiendo sido relativamente breve: los romanos derrotaron a los samnitas en las batallas de Monte Gauro, Satículo y Suessula en 343 a. C., pero se vieron obligados a retirarse de la guerra cuando se concretó un levantamiento en varias ciudades latinas.Ese mismo año, el cónsul Manio Curio Dentato subyugó a los latinos, que se hicieron ciudadanos sin sufragio.Tras consolidar su posición en las posesiones mediterráneas recién conquistadas, los romanos marcharon hacia el norte de Italia, donde los galos volvieron a traer problemas.En los años siguientes, expandieron sus dominios hacia el valle del Po, alcanzando, en 222 a. C., Milán, y se inició la integración de la Galia Cisalpina a la Italia romana.[120] Aníbal preparó entonces un ejército en Iberia y, en el 218 a. C., cruzó los Alpes italianos con elefantes de guerra para invadir Italia.[121][122] Asistido por las tropas galas, logró derrotar a los romanos en dos batallas en el mismo año y avanzar por la península.Como resultado, los romanos no solo retomaron gradualmente los territorios perdidos, sino que incluso saquearon Siracusa en 211 a. C., aplastaron una revuelta general en Sicilia e impidieron el avance cartaginés en Iberia mediante una serie de expediciones.Además, lograron destruir por completo al ejército cartaginés que había invadido Italia a través de los Alpes bajo Asdrúbal.Le dio a Filipo un ultimátum para que presentara varias partes de la Gran Macedonia y abandonara sus proyectos en Grecia.[132] Finalmente, en 197 a. C., Filipo fue derrotado decisivamente en la batalla de Cinoscéfalas y se vio obligado a aceptar un tratado favorable.Hacia el 203 a. C., conquistaron sistemáticamente la región, dominando las tribus locales, fortaleciendo sus antiguas posesiones y estableciendo colonias latinas.En 197 a. C., estalló una revuelta en Hispania Ulterior y que pronto se extendió al territorio de las tribus del interior.Estalló una guerra que no concluiría hasta el 179 a. C., cuando Tiberio Sempronio Graco pacificó la provincia y llegó a un acuerdo con los celtíberos.[149] Entre 135-71 a. C., hubo tres revueltas contra el estado romano, conocidas como las guerras serviles, la última de las cuales involucró entre 120 000 y 150 000 esclavos.[186] Pompeyo fue nombrado comandante de una fuerza naval para hacer campaña contra ellos y en tres meses logró acabar con los piratas.Hacia el 32 a. C., las ciudades de Italia juraron lealtad a Octavio y solicitaron una campaña contra Marco Antonio.
Un
denario
emitido en el 56 a. C. que muestra en el anverso el busto de la diosa
Diana
, y en el reverso a
Boco I
ofreciendole a su aliado
Sila
un olivo, también se puede observar a
Jugurta
junto a Sila con las manos atadas.