Las energías no renovables o energías convencionales son aquellas fuentes de energía que se encuentran en la naturaleza en cantidades limitadas, las cuales, una vez consumidas en su totalidad, no pueden sustituirse,[1] ya que no existe sistema de producción o de extracción económicamente viable.
En ellas, mediante el calor generado al quemar estos combustibles se obtiene vapor de agua, que, conducido a presión, es capaz de poner en funcionamiento un generador eléctrico, normalmente una turbina.
La energía nuclear se utiliza para generar electricidad en centrales nucleares.
El procedimiento de producción es muy semejante al que se emplea en las centrales termoeléctricas.
Difiere en que el calor no se genera por combustión, sino mediante fisión de materiales.