Amiga desde la infancia del lingüista Roman Jakobson, aprende el francés a muy temprana edad y establece una relación en 1913 con el poeta futurista Vladímir Mayakovski, que pasará a ser luego compañero de su hermana mayor, Lilia Brik.
El año siguiente pasa una temporada en Tahití, viaje que servirá de inspiración para su primera novela.
(Se citan estos títulos en español, aunque sólo el segundo haya sido traducido a nuestro idioma).
[1] Asiste en 1946 al Proceso de Núremberg sobre el que escribirá un reportaje en Les Lettres françaises.
El modo en que se falsificó la biografía de Mayakovski en la Unión Soviética fue una de las razones que la impulsó a escribir las novelas El Gran Jamás (1965) y Vean y escuchen (1968).
Está enterrada en el parque de seis hectáreas que rodea ese viejo molino junto a Aragon.