La Guerra civil destruyó la prometedora industria cinematográfica española que se había ido fortaleciendo durante la Segunda República.
En este difícil contexto, la productora valenciana CIFESA continuó con la actividad que ya había desarrollado antes de la guerra.
El acuerdo le proporcionaba a CIFESA una expansión geográfica que ambicionaba dada su vocación de gran empresa nacional.
Continuó trabajando como fotógrafo, actividad en la que era muy apreciado, y estrenó un par de obras teatrales coescritas con su colaborador Francisco Prada.
Luis Sainz, que había trabajado con él en Diego Corrientes, le presentó al productor Aureliano Campa.
El filme tuvo un moderado éxito comercial, lo que, unido a su bajo coste de producción, lo hizo rentable para las productoras.
Esto permitió a Iquino rodar al año siguiente Los ladrones somos gente honrada, nuevamente con Campa.
Además, el actor también interpreta brevemente a los dos difuntos progenitores de ambos gemelos, que le interpelan desde sus retratos.
La música del filme es obra de José Ruiz de Azagra, pero destaca especialmente la canción «Pu pu pi du»,[1] un foxtrot compuesto por Juan Durán Alemany y cantado por la actriz Mary Santamaría acompañada al piano por el propio compositor y vocalmente por el cuarteto Orpheus.
Este último estaba compuesto por el tenor Cayetano Renom, Enric Climent, Vicenç Mariano y August Dalet.