Donald Maclean

Los padres de Maclean poseían viviendas en Londres (más tarde en Buckinghamshire) así como en la zona fronteriza con Escocia, donde Maclean padre representaba a la circunscripción de Peebles y South Midlothian, aunque la familia residía principalmente en Londres y alrededores.En esa época se le consideraba a Gresham como un centro escolar liberal y progresista.El escritor Cyril Connolly describe al Maclean de esa época como rubio, alto, con mucha fuerza física latente pero con sobrepeso y algo flácido.Cenaron comida preparada que habían adquirido fuera y escucharon la música de Glenn Miller en la radio.Para entonces, Maclean tenía mal aspecto y evidentemente consumía mucho alcohol, pero su esposa parecía estar muy bien.Y cuando hizo un comentario que insinuaba una leve crítica a la Unión Soviética, ella “se le echó encima” en seguida.Había una rusa blanca, una de sus amigas, que atacó a la Unión Soviética y Melinda polemizó con ella.Hablábamos el mismo idioma.” Maclean le pidió la mano pero Melinda no se acababa de decidir y sufría por ello.Corría un riesgo enorme, y muy poco característico en él en aquel entonces, pero tranquilizó a Harris al decirle que Melinda no solo había reaccionado de forma positiva sino que había “prometido ayudar en cuanto podía – y tiene buenos contactos en la comunidad americana”.[8]​ No existen pruebas de que Melinda trabajara conjuntamente con Maclean pero, mientras duró su matrimonio, le prestó apoyo en su peligrosa doble vida.Maclean bebía en exceso y, en numerosas ocasiones, la pareja estaba a punto de la separarse.Krivitsky había dirigido la red GRU en Europa occidental y facilitó información sobre 61 agentes que trabajaban en el Reino Unido.A otro lo describió como “un escocés de buena familia, educado en Eton y Oxford, un idealista que trabajaba sin remuneración para los rusos”.Estas descripciones se ajustaban a Kim Philby y Maclean, con la salvedad de los centros educativos.A Walter Krivitsky se le encontró muerto en el Hotel Bellevue de Washington D.C.Conjuntamente con los científicos basados en Los Álamos, Alan Nunn May, Klaus Fuchs y Theodore Hall (al que se había destapado pero a quien se le permitió seguir realizando su trabajo) los informes de Maclean a su controlador del NKVD le dieron a los soviéticos los datos básicos para poder comparar la fuerza de su propio arsenal nuclear con la de los EE.UU o el R.U.En 1948 se le nombró Jefe de Cancillería (chargé d’affaires) en la embajada británica del Cairo.Sin embargo, en cuanto llegó, Maclean tuvo problemas con su contacto del KGB que organizaba sus reuniones en el barrio árabe.Maclean sugirió que, en lugar de estos juegos absurdos y sumamente peligrosos, Melinda simplemente pasara la información a la esposa del residente soviético cuando estas coincidían en la peluquería.En marzo de 1950 Melinda organizó un viaje por el Nilo hasta Helouan en felucca, como sorpresa para su hermana Harriet.Se quejó con amargura de su vida y su trabajo; se mofaba de sí mismo, aludiendo a sí mismo como una oveja entre un rebaño, al irse todos los días a Londres con su sombrero negro, su traje negro elegante y su maletín.Desde la escalinata del Memorial Church en Harvard Yard, ofreció ayuda americana para promover la recuperación y la reconstrucción en Europa.Stalin rechazó el Plan Marshall y sus colaboradores fueron imponiendo el control del Partido Comunista en toda Europa Oriental, al tiempo que dejaron a Alemania Oriental sin planta industrial, maquinaria y científicos.Supuestamente, Maclean informó al KGB que estarían bajo el control del capital financiero estadounidense.Sin embargo, Roosevelt no demostró ningún interés en bloquear las acciones de Stalin en la Europa Oriental liberada.Se elaboró una lista de nueve hombres que potencialmente podrían ser Homer, y Maclean estaba entre ellos.Sugería que Churchill estaba intentando convencer a Roosevelt para que abandonara sus planes para la Operación Anvil, la invasión de Provence y, en su lugar, adoptara un ataque por Venecia y Trieste hasta llegar a Austria.Esta propuesta era típica del pensamiento estratégico de Churchill ya que siempre buscaba movimientos por los flancos.Maclean vaciló, le daba miedo irse y también quedarse, hasta que pudo hablar con Melinda sobre la posible huida.Según Modin, ella contestó “Tienen toda la razón ─ vete en seguida, no pierdas ni un solo momento más”.
Publicación de fbi desclasificando al hombre