Su padre heredó del infante Enrique el Navegante el ducado de Viseo, el señorío de Beja y las islas atlánticas.
El duque Diego se convirtió así, después del duque Fernando II de Braganza, en el más poderoso noble del reino y fue agraciado por su primo hermano Alfonso V con los cargos de condestable y gobernador de la Orden de Cristo.
Hecho jefe de los descontentos cuando Juan II subió al trono por causa de la política centralizadora del monarca, prepara una conjura para asesinar al rey y al príncipe heredero Alfonso (su sobrino), lo que le permitiría después subir al trono.
El monarca tuvo conocimiento de la conjura y, atrayendo a su cuñado a Palmela, allí Juan II lo apuñaló con sus propias manos.
[1] Lo sucedió en los dominios patrimoniales su hermano menor, que, paradójicamente, sucedería en el trono al asesino de su hermano con el nombre de Manuel I.