Devorador de hombres

La mayoría de casos informados se refieren a lobos,[1]​ tigres,[2]​ leopardos,[2]​ leones, cocodrilos y tiburones.

Sin embargo, no son en modo alguno los únicos depredadores que atacarían a los humanos si tuvieran la oportunidad: se sabe que una variedad amplia de especies también puede considerar a los humanos como presas, incluyendo el oso pardo, el oso negro, el oso polar, el oso labiado, el coyote, las grandes serpientes constrictoras (especialmente la pitón reticulada y la anaconda verde), el dragón de Komodo, las hienas manchada y rayada, el dingo, la foca leopardo, el puma y algunas especies de osteíctios.

Las crías de animales que devoran hombres no necesariamente se convierten en devoradores de hombres en sí mismos; mientras las crías comerán lo que provee el padre, la madurez y existencia independiente normalmente impulsarán al animal a volver a su dieta y condiciones naturales.

Se han documentado casos en Lindi, donde los leones capturan humanos del interior de pueblos bastante grandes.

Comparados con otros mamíferos carnívoros conocidos por atacar a los humanos para comer, la frecuencia con la que los lobos han matado gente es bastante baja, indicando que, aunque son peligrosos potencialmente, los lobos son entre los menos amenazantes en cuanto a su tamaño y potencial como predador.

[12]​ Los ataques a humanos por parte de los dingos son raros, con solo dos muertes registradas en Australia.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los guardias nazis, como Irma Grese y Kurt Franz, habían azuzado perros contra prisioneros vivos en los campos de concentración nazis y los perros mataron a las víctimas, devorando parcialmente los cadáveres.

Al igual que con los perros, la intención depredadora no es necesaria; Las disputas territoriales y la protección de los cachorros pueden resultar en la muerte por ataque del oso.

[21]​ En algunas áreas de India y Birmania, los osos bezudos son más temidos que los tigres, debido a su temperamento impredecible.

La naturaleza omnívora y atroz del jabalí europeo lo hace según se conoce depredador en ocasiones de seres humanos aunque casi siempre como carroñero al encontrarse con cadáveres de muertos por causas naturales o accidentes.

No obstante, cuando por motivos defensivos o territoriales (no atacan por motivos alimenticios al hombre, al que rehúyen) atacan a un humano y llegan a matarlo, igualmente lo devoran como oportunistas perfectos que son.

Los cocodrilos de agua salada y Cocodrilo del Nilo son responsables de más ataques y más muertes que cualquier otro depredador salvaje que ataca a los humanos por comida.

Cada año, cientos de ataques mortales se atribuyen al cocodrilo del Nilo en el África subsahariana.

En Australia, los cocodrilos también han sido responsables de varias muertes en el norte tropical del país.

[34]​ Además, al menos una pitón birmana tan pequeño como de 2,7 m comprimió y mató a un hombre adulto intoxicado.

Debido a que viven en islas remotas, los ataques son poco frecuentes y pueden no ser reportados.

Esto la convertiría en la única ave viva que se sabe que se aprovecha de los humanos, aunque otras aves como avestruces y casuarios han matado a humanos en defensa propia y un quebrantahuesos podría haber matado al dramaturgo Esquilo por accidente.

[43]​ Se informa que varias grandes rapaces, como las águilas reales, atacan a seres humanos,[44]​ pero no está claro si tienen la intención de comerlas o si alguna vez han tenido éxito en matar a uno.

Algunas evidencias fósiles indican que grandes rapaces a veces se aprovecharon de los homínidos prehistóricos.

La extinta águila de Haast pudo haber cazado humanos en Nueva Zelanda, y esta conclusión sería consistente con el folclore maorí.

[49]​[50]​ En la cuenca del Amazonas se han producido ataques de pirañas que causaron muertes.

En 2011, un joven borracho de 18 años fue atacado y muerto en Rosario del Yata, Bolivia.