Desaparecidos en el Perú durante la época de terrorismo

Los desaparecidos en el Perú durante la época del terrorismo se refiere —de acuerdo con la ley peruana— a todas aquellas personas sobre las cuales, a causa de los hechos ocurridos durante la época del terrorismo en el Perú (1980-2000) se carece de certeza legal acerca de su ubicación o cuyo paradero es desconocido por sus familiares.Así, el texto legal entiende como «persona desaparecida» a aquella «cuyo paradero es desconocido por sus familiares o sobre la que no se tiene certeza legal de su ubicación, a consecuencia del período de violencia 1980-2000».Por lo demás, lo que estas y otras definiciones tienen en común es que reconocen el carácter pluriofensivo de la desaparición, dañándose sobre todo los derechos a la libertad física, la vida y la integridad personal.Asimismo, la desaparición, aun cuando puedo haber ocurrido en décadas pasadas, se prolonga en el presente, pues el desconocimiento sobre lo sucedido con la persona desaparecida impide a sus familiares culminar el proceso de duelo y, en gran cantidad de casos, les genera una serie de secuelas duraderas en los niveles físico y psicológico.Las desapariciones en el Perú adquieren un carácter dramático, sistemático y frecuente a partir de los años ochenta.En la campaña electoral de 1995 para su reelección el presidente Fujimori anunció que a fines de ese año tanto Sendero Luminoso cuanto el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru estarían "liquidados".Según la información recopilada por la CVR, la cantidad de casos reportados para 1983 es treinta veces superior (3000 %) que para 1982.[8]​ En 1984, los casos de desaparición forzada reportados a la CVR se incrementan nuevamente en un 30 % respecto del año anterior.A diferencia del primer período de mayor intensidad, y siguiendo el proceso nacional del conflicto armado interno, en este segundo momento la práctica de la desaparición forzada se extendió a varias otras regiones.La otra mitad era ejecutada directamente en los lugares donde fueron aprehendidos por las fuerzas contrasubversivas del Estado.Perú,[9]​ falla en contra del Estado peruano y le exige derogar la ley en cuestión, permitiendo así un mejor trabajo en las posteriores judicializaciones de casos de violación a derechos humanos.[7]​ El Ejército, por ejemplo, sostiene que por algunos años no se contó con un protocolo para recoger aquellos cuerpos de terroristas caídos en combate que no fueron recuperados por sus compañeros de armas, y que incluso cuando se implementó este protocolo, la naturaleza de varias misiones contrasubversivas hacía imposible recoger dichos cuerpos.[10]​ Por otro lado, si bien se han investigado algunos casos puntuales de familias en conflicto que aprovechan el contexto de violencia para levantar falsas acusaciones contra sus rivales e inducir a Sendero Luminoso a que los castiguen o desaparezcan,[11]​ es aún muy poco lo que se sabe sobre desapariciones atribuidas a agentes subversivos o particulares.Esto supone una serie de retos que han venido siendo abordados por distintas iniciativas, tanto desde el Estado como desde la sociedad civil.En la muestra permanente del Lugar de la Memoria, la Tolerancia e Inclusión Social se consigna información entregada por el EFE, según el cual hasta abril de 2015 se habían recuperado 3174 cuerpos, de los cuales 1826 se habían identificado, habiéndose entregado 1642 a los familiares para su respectivo entierro.Resalta la investigación forense del caso "Cabitos" por su magnitud, dentro de Cuartel Ejército Peruano Domingo Ayarza.Ubicado en Ayacucho, esta base militar se hizo célebre por las violaciones a los derechos humanos que allí ocurrieron entre los años 1983 y 1984.Este esfuerzo vio su principal fruto a mediados del 2016, cuando la referida ley fue promulgada por mayoría parlamentaria.[1]​ Al declarar la priorización de un enfoque humanitario, la referida ley pretende paliar el sufrimiento que ocasiona a los deudos el desconocimiento sobre las circunstancias en que su ser amado desapareció, orientándose principalmente a la recuperación, identificación, restitución y entierro digno de los cuerpos, independientemente de las medidas que puedan o no tomarse para iniciar investigaciones penales sobre cada caso.Cuando se identifica a la persona, la restitución puede ser individual o colectiva.El listado incluye tres categorías principales de registros: 13,764 personas cuyo paradero se desconoce o es incierto; 5,700 personas con paradero conocido pero sin certeza legal de su muerte; y 865 personas que estuvieron desaparecidas pero que ya han sido halladas, y cuyos restos han sido restituidos a los familiares.Esta masacre significó el práctico aniquilamiento de la familia Condoray Quispe: 16 adultos y 3 niños tenían esos apellidos.Esta determinó que el Estado Peruano estaba en la obligación de investigar este crimen y sancionar a los responsables.[26]​ Carlos Alberto Barrientos Velásquez, Roberto Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez, Federico Coquis Velásquez, Gilmer Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles, Jesús Manfredo Noriega Ríos, Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More, fueron víctimas de múltiples violaciones a sus derechos fundamentales, entre ellos la afectación de sus derechos a la libertad y a la vida, cometidos por el destacamento Colina en el distrito del Santa (Chimbote), el 2 de mayo de 1992.Estas personas fueron encontradas muertas al día siguiente, con huellas de tortura y baleados.Los condenados en esta sentencia son Vladimiro Montesinos, Nicolás de Bari Hermoza Ríos y 16 miembros del Grupo Colina.[30]​ En agosto del 2013 la sentencia fue ratificada por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema.La poca distancia temporal entre uno y otro crimen responde al vínculo indesligable de ambos eventos: la acción en La Cantuta surgió como una respuesta que desde el Estado se envió a Sendero Luminoso, pues la información de inteligencia indicaba que era aquí en donde se refugiaban los responsables del atentado en Tarata.La última actividad que organizó con sus compañeros fue contra el alza del medio pasaje.En relación con el tema de desaparecidos, pueden señalarse las siguientes obras y creaciones:
Mapa del número de personas desaparecidas en los últimos tiempos. El Perú aparece como uno de los lugares donde más personas Países con más personas desaparecidas en los últimos tiempos (El Perú es incluido) Países con menos personas desaparecidas en los últimos tiempos.
Área de operaciones en el Perú , donde las organizaciones subversivas estuvieron activas de 1980 a 2000.
Prendas exhumadas de niños enterrados en la fosa clandestina de Putis. En esta comunidad agentes del Estado asesinaron a más de 120 habitantes y posteriormente los enterraron en fosas comunes. Donación de Sergio Condoray, Presidente de la Asociación de Víctimas de Putis al Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social. Lima, Perú.
Pertenencias encontradas en una fosa común.
Paredes del ANFASEP decorados con temáticas a las desapariciones forzadas.