En cualquier caso, no es una enfermedad; sino una fase personal, que se puede vivir con mayor o menor intensidad.
Sin embargo, tales eventos pudieron haber ocurrido antes o después en la vida y, aunque hubieran provocado una «crisis», no necesariamente es de la mediana edad.
Basándose en distintas encuestas de felicidad y satisfacción con la vida, la juventud y la vejez se revelan como períodos de relativa felicidad, mientras que la edad mediana presenta los valores más bajos.
[5] Los investigadores han encontrado que la mediana edad es a menudo un tiempo de reflexión y revaloración, pero no siempre viene acompañada por los trastornos psicológicos que popularmente se relacionan con la "crisis de la mediana edad".
[9] Aunque Carl Jung no describió la crisis de la mediana edad per se, la integración del pensamiento, sensaciones, sentimientos e intuición en la mediana edad que él describe podría, al parecer, llevar a un estado de confusión sobre la forma en la que se ha vivido la vida hasta entonces y las metas que ha tenido.
[6] Al hacer su revisión sobre la crisis de la mediana edad, Alwin y Levenson constataron que .
Encontraron un patrón similar al revisar las investigaciones sobre lo que comúnmente se cree que son los disparadores de las crisis de la mediana edad en las mujeres: hijos que dejan el hogar paterno y las obligaciones de cuidar a los padres y a los hijos.
La mayoría de las mujeres pasaron por dichos períodos sin una "crisis" psicológica traumática.